El centrocampista mallorquín y el delantero canadiense llegaron con grandes expectativas al ser de los fichajes más caros de la historia del club, y su rendimiento hasta el momento no ha sido el que prometía la inversión realizada.
El nivel de Darder ha ido en clara línea ascendente durante esta campaña y se ha convertido en un fijo para Jagoba Arrasate, respondiendo con cuatro asistencias en el último mes de competición que han supuesto.
El caso de Larin es más complejo, con su futuro en el aire el próximo verano y una temporada de altibajos en la que ha enlazado momentos de pasar desapercibido con tramos donde ha sido decisivo aportando seis goles y dos asistencias, quedándose a un tanto de Vedat Muriqi.
Los dos jugadores serán un factor clave para medir las aspiraciones europeas de un Mallorca que ha conocido su suelo sin la mejor versión de ambos, pero que todavía puede descubrir su techo si ambos alcanzan el nivel que el director de fútbol, Pablo Ortells, imaginó cuando les fichó.
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