Desde que las eliminatorias sudamericanas se disputan en el formato de todos contra todos, la Bicolor nunca había hecho una puntuación tan baja, pues está por debajo de los 13 puntos en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010.
En aquella ocasión, Perú finalizó en el último lugar de las eliminatorias, y esta vez ha sido penúltimo, debido únicamente a que el rendimiento de Chile ha sido incluso peor, al sumar solamente 11 unidades en los 18 partidos disputados.
Desde un inicio, el equipo peruano mostró uno de los niveles más bajos de la competición, con una defensa débil y fácil de superar que recibió 21 goles, sumado a un ataque con grandes dificultades para hacer goles, pues apenas logró seis en todo el proceso.
Estas eliminatorias comenzaron marcadas por la polémica decisión del presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, de no renovar al técnico argentino Ricardo Gareca, artífice que llevó a Perú nuevamente a una Copa del Mundo después de 36 años, en Rusia 2018, y que se quedó muy cerca de lograr la clasificación para Catar 2022.
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La apuesta de Lozano fue Juan Reynoso, al que le llegó la oportunidad que tanto ansiaba de dirigir a la selección de su país, pero bajo el mando del técnico peruano sumó apenas dos puntos en las primeras seis jornadas. Se marchó a finales de 2023 con dos empates y cuatro derrotas.
En su lugar llegó el uruguayo Jorge Fossati con la vítola de haber hecho campeón nacional a Universitario de Deportes, pero tampoco encontró la fórmula para resucitar el juego del combinado peruano, al que en las eliminatorias dirigió por seis partidos, con saldo de cinco puntos al registrar un triunfo, dos empates y tres derrotas.
Como una suerte de técnico interino, el argentino nacionalizado peruano Óscar Ibáñez tomó las riendas de Perú para la recta final de las eliminatorias, sin éxito pese a haber llegado todavía a la penúltima fecha con opciones matemáticas muy remotas de haber podido llegar hasta la repesca.
Con Ibáñez, Perú hizo también cinco puntos en seis partidos (un triunfo, dos empates y tres derrotas), y en principio continuará al frente de la selección hasta los amistosos de noviembre, por lo que la Federación, donde Lozano ha sido reelegido en la Presidencia hasta 2030 pese a los malos resultados de la selección, se ha propuesto iniciar el 2026 con un nuevo técnico.
Sobre la cancha, Perú ha sido una sombra de la valiente y corajuda selección que tuvo su mejor versión bajo la dirección de Gareca, a causa de que muchos de aquellos jugadores continúan en el equipo nacional pese a que están en el ocaso de sus carreras, ya que los nuevos jugadores no logran dar tampoco el nivel.
En estos últimos años se han retirado figuras como Jefferson Farfán, mientras que Paolo Guerrero, el capitán y máximo goleador histórico de la Bicolor, continúa jugando y anotando algunos goles con Alianza Lima cuando las lesiones se lo permiten, y el centrocampista Yoshimar Yotún estuvo 15 meses lesionado.
Otros jugadores no han logrado continuidad en ligas competitivas, como sucedió con Renato Tapia, que pasó del Celta de Vigo al Leganés para ahora, con 30 años, iniciar una aventura en Oriente Medio con el Al Wasl emiratí, mientras que André Carrillo directamente se fue con 27 años al Al Hilal saudí, y solo volvió a ser diferencial en la selección cuando el año pasado fichó recientemente por el Corinthians brasileño.
Al mismo tiempo, ningún futbolista joven de Perú ha llamado la atención de la élite europea. Algunos están en discretas ligas europeas como el extremo derecho Joao Grimaldo, en el Riga (Letonia), mientras que el creativo Piero Quispe no cumplió con las expectativas que se esperaban de él, para terminar ahora en Australia.
Así, el recambio generacional de Perú se anticipa complicado para competir en las próximas eliminatorias con selecciones que han incrementado en los últimos años la presencia de sus jugadores en clubes más selectos, como es el caso de Colombia, Ecuador e incluso Paraguay.
