Ronaldinho fue el encargado de abrir el marcador con un tremendo disparo de derecha desde el costado izquierdo de la cancha. El remate parecía que no tendría gran relevancia sin embargo una curva en la trayectoria del balón terminó enviándolo al fondo de las redes.
Tras la conversión, “Dinho” no evitó emocionarse y arrodillado derramó unas lágrimas. El jugador 10 había perdido a su padrastro en la madrugada del viernes.
