La delegación ucraniana paralímpica está demostrando una gran entereza en Pekín, pese a la guerra que se está librando en su país tras la invasión rusa, y, a falta de una jornada para concluir los Juegos, es segunda en el medallero.
"Lo que trato de hacer todos los días de mi vida es pensar cómo reaccionaría si estuviera en el lugar de otra persona pero, en este caso, simplemente no puedo. Está más allá de lo que puedo pensar. Solo puedo expresar solidaridad y tomar las mejores decisiones para protegerlos y apoyarlos", declaró Parsons, en conferencia de prensa.
"Nuestro movimiento surgió como una respuesta después de la Segunda Guerra Mundial. Fue creado en respuesta al conflicto y para incluir al personal militar herido en la sociedad a través del deporte. El deporte en ese momento era un vehículo para incluir a estas personas en la sociedad. Lo que significa estar aquí para los ucranianos, creo que significa mucho", confesó.
"Competir aquí a un nivel tan alto sabiendo que su familia y su país están bajo un ataque es simplemente increíble. Es una de las muestras de resistencia más increíbles que he visto en mi vida, dentro o fuera del deporte. Solo puedo expresar mi admiración", declaró.
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El dirigente del IPC habló sobre si la decisión de rechazar la participación de los rusos y bielorrusos fue desafortunada y puede vulnerar los principios del movimiento paralímpico.
"Nadie puede estar contento con el resultado de no permitir que otro país. Cualquier razón no es buena, pero cuando tomamos dos decisiones en dos días consecutivos queríamos que los Juegos fueran viables. Por eso era imperativo que cambiáramos nuestra decisión. No nos gusta cuando la política se mezcla con el deporte, pero tenemos nuestros límites", manifestó.
"Necesitábamos tomar medidas y de alguna manera escuchar a nuestros miembros y, en el mejor interés de la viabilidad de los Juegos, había que tomar medidas", comentó Parsons, en alusión a las amenazas que recibió de otros países con no participar si estaban rusos y bielorrusos.
"Creo que los movimientos deportivos siempre tratan de mantener la política fuera del deporte y no queremos que nuestras decisiones se basen en la influencia de los gobiernos, pero cuando tenemos una situación de guerra, como la que enfrentamos ahora en Europa, a veces es imposible separar el deporte del resto del mundo. Este fue un ejemplo", apuntó.
"Lo que está sucediendo en Ucrania y Europa tendría un impacto en nuestro evento. No queremos que la política impulse el mundo del deporte y seguiremos intentando separarnos. Por la magnitud de la situación en Europa, no fue posible hacer eso en esta situación específica", subrayó.
Para el futuro, poniendo la vista en los Juegos de invierno de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026, el objetivo del IPC es intentar que haya "más deportistas mujeres".
Andrew Parsons aseguró que las cifras de participación y de seguimiento de estos Juegos están siendo "muy fuertes" y que este es el camino que deben seguir para seguir haciendo crecer el movimiento paralímpico.
"La Ceremonia de Apertura fue vista por 190 millones de personas en China. Eso es increíble. Somos muy positivos sobre la cantidad de espectadores en todo el mundo", dijo Parsons, que valoró la importancia del ciclo asiático (PyeongChang, Tokio y Pekín) ha tenido para el movimiento paralímpico.
"Nos esforzamos mucho en aprovechar estos Juegos para desarrollar el deporte en esta parte del mundo. Estamos hablando de tres grandes países, pero ahora pensamos en cómo podemos expandirnos también a las diferentes regiones de Asia", señaló.
"El movimiento paralímpico siempre estará en deuda con estas naciones, que no dijeron que no podían organizar los Juegos pese a la pandemia. Con suerte, veremos un legado importante. Estos Juegos representan una segunda oportunidad para enviar este mensaje de inclusión, que las personas con discapacidad pueden hacer lo que quieran, si tienen la oportunidad", concluyó.
