La leyenda del capitán Carou continúa con los "Gladiadores"

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Fernando PérezLeón (España), 27 mar (EFE).- La trayectoria como jugador de Gonzalo Carou con la selección argentina de balonmano va más allá de lo imaginable y presenta unas cifras imposibles de comparar con cualquier otro jugador de la albiceleste en una leyenda que quiere prolongar ahora en el banquillo, según explica en declaraciones a Efe.

Es el único jugador que ha disputado once mundiales, a lo que ha sumado tres Juegos Olímpicos -Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020- para un total de 270 partidos con los "Gladiadores", con los que ha participado en once de sus catorce títulos en alguna de las muchas competiciones disputadas.

Debutó con la albiceleste en los albores del siglo cuando ya pensaba en una etapa como jugador emigrante a Europa, fundamentalmente a un balonmano español donde desde que llegara al Juventud Arrate, encontró en el Ademar su segunda "casa" para convertirse en el jugador extranjero con más partidos en ASOBAL.

En el equipo leonés tuvo dos etapas y, aunque le hubiera gustado concluir su larga trayectoria en la pista con el Ademar, finalmente apuró sus últimas lecciones en el Puerto Sagunto, aunque todavía le queda cuerda para seguir impartiendo su experiencia en el Balonmano Oviedo en la tercera categoría, aunque resida en León.

Carou ya había recibido el ofrecimiento de seguir vinculado a la selección argentina, donde es todo un símbolo, en 2017, cuando incluso se planteó la posibilidad de volver a su país para desempeñar la doble función de jugador y entrenador, pero finalmente continuó en el Ademar para seguir disfrutando del alto nivel.

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Tras concluir su etapa con los "Gladiadores" en Tokio y, una vez que Manolo Cadenas, con el que había coincidido en el equipo ademarista y en la selección, decidió no continuar, su sustituto y ayudante, Guillermo Milano al asumir la dirección del combinado albiceleste pensó de inmediato en formar pareja con el pivote.

El hecho de contar con la titulación necesaria como entrenador y su bagaje, aunque incipiente, con la cantera ademarista, le sirvieron para asumir esta nueva responsabilidad en el nuevo ciclo olímpico que, en esta ocasión, tan solo será trianual, con las mirada puesta en los Juegos de París 2024.

Su despedida de la selección, después de más de una década como capitán, coincidió con alguna también ilustre como la del mayor de la saga Simonet, Sebas, que también jugó en Ademar, en un proceso de rejuvenecimiento del grupo histórico de jugadores que ya se había iniciado años atrás.

La función de Carou con los "Gladiadores" es la de aportar su experiencia en el vestuario, donde sin duda es una referencia e infunde todo el respeto, pero también en cuestiones técnicas, aportar la principal cualidad como jugador, su conocimiento defensivo, que le hizo ser uno de los más reputados en el balonmano español.

Además, se pretende que sea el "nexo en Europa con los jugadores, que en su mayoría, juegan en este continente para un mejor seguimiento", explica, ya que a la amplia colonia de los jugadores más experimentados, se le han sumado en los últimos años algunas de las apuestas argentinas de futuro.

Su debut en esta nueva aventura se produjo en el torneo Centro Sudamericano en Recife (Brasil) cediendo en la final ante el anfitrión que recuperó la supremacía perdida en las últimas citas.

De cara a este año, la preparación irá encaminada al próximo mundial, para el que ya lograron la clasificación, en 2023, pero con la mirada puesta en los Juegos Panamericanos que otorgarán la plaza olímpica para París y donde Brasil y Chile volverán a ser los principales rivales.