En una mañana dominical con bastantes jugadores con sus tarjetas en rojo, el barcelonés firmó una actuación gris a la que puso colorido cuando el torneo expiraba para él.
Un bogey en el segundo hoyo empañó su inicio de partido, lo contrarrestó con un birdie en el séptimo para acabar en 36 golpes la primera vuelta, pero la segunda se torció con dos agujeros consecutivos por encima del par, el 14 y el 15.
La jornada de sinsabores tuvo final feliz, en su llegada a la casa club de St Andrews, cuna del golf, donde logró acabar el 18 con dos golpes por debajo del par ante la ovación de los aficionados.
Esa guinda le sirvió para sonreír y acabar la tarjeta del día con el par del campo, aunque el acumulado de las cuatro jornadas de competición fue de +1 para Arnaus.
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