Una situación sin duda mucho mejor de la esperada en el arranque en los Países Bajos, a donde Mas llegó hundido por sus miedos y su bajo rendimiento en el Tour de Francia y las esperanzas en Ayuso y Rodríguez estaban más en lo que podrían mostrar de cara al futuro que en la que está siendo su primera grande por etapas.
Pero Mas pronto dejó claro que estaba recuperado y se puso rápido a la estela de Primoz Roglic o Remco Evenepoel, los dos grandes favoritos, en las etapas trascendentes y recuperó ánimos. Siempre en puestos de podio, con días mejores y peores, los buenos los de los finales en alto y malo el de la crono, el balear ha transitado casi toda la Vuelta en puestos de podio. Aunque nunca de rojo.
Segundo hasta la contrarreloj de Alicante, donde perdió casi todo el tiempo que cede a los dos primeros, 1.51 de los 2.01 a los que tiene al líder Evenepoel y 1.03 sobre un Roglic que cuenta ahora a apenas 27 segundos tras su gran escalada al Hoya de la Mora, el puerto más importante de la carrera.
Ahí, en Sierra Nevada, a más de 2.500 metros de altura, por primera vez en la carrera, Mas sacó tiempo a los dos grandes candidatos al triunfo final. A Roglic 27 segundos y 42 a un Evenepoel que cedió al final. El de Artà incluso ganó a Miguel Ángel López el sprint por la segunda plaza de la etapa. Lo que indica lo fuerte que está de cara a la última semana. Para la que está casi eufórico. "Hasta Madrid podemos soñar con ganar", dijo, animado por su tremenda subida.
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"Cuarto mejor que quinto porque así si explota uno del podio me meto yo", comentó entre risas y bromas Ayuso en Sierra Nevada, como Mas encantado tras su ascensión a los más de 20 kms. hasta Hoya de la Mora.
Acababa de auparse a la cuarta plaza que arrebataba a Carlos Rodríguez y ya pensaba en Madrid dentro de una semana más que en que ese es un territorio desconocido para alguien que, como él, sin haber cumplido los 20 años vive su primera gran prueba de tres semanas. En la que en lo mental tiene que superar también su polémica continuidad en carrera, a pesar de haber dado positivo por covid.
Pero Ayuso, con varios momentos delicados que siempre ha sabido superar, ha demostrado el "carácter" que le alaba su director deportivo, Josean Fernández Matxin, y que une al "mucho talento" que atesora como corredor.
Como también Carlos Rodríguez también tiene algo más que talento. Para empezar, la ambición de meterse cada día en la pelea de los mejores con solo 21 años; y para continuar, como Ayuso, la capacidad de agarrarse a la carretera en momentos delicados.
En Sierra Nevada, por ejemplo, donde le costó dios y ayuda llegar a la meta, exhausto y tras haber cedido ante todos sus rivales y la cuarta plaza. Pero en la decepción no se amilanó, asumió lo ocurrido como inherente al ciclismo y se mostró dispuesto a seguir batallando en un tercera semana que, también como su compañero de generación, desconoce.
"A recuperarse, a seguir luchando y a seguir peleando", dijo, dispuesto a defender los 8 segundos en los que aventaja en la quinta plaza a Superman, a recuperar los 27 que le saca a Ayuso y hasta ilusionarse con un podio que recaería en uno de los tres, al que pille por delante en la general, en caso de desfallecer alguno de los del podio. Que no será fácil.
En definitiva, que el ciclismo español está en la pomada y mucho mejor de cara a la última semana de los que se esperaba al inicio de esta Vuelta 2022 en Países Bajos. Porque Mas, quizás en su mejor momento, sueña con la Roja, y los 'chavales' de futuro, además de protagonismo, miran al podio.