José Manuel Franco: "La ley que el deporte español merece"

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// Artículo de José Manuel Franco, Presidente del Consejo Superior de DeportesMadrid, 22 dic (EFE).- Con la aprobación definitiva en el Congreso de los Diputados de la nueva Ley del Deporte, el Gobierno culmina el reto de dotar al deporte español de un marco normativo ajustado a las exigencias del presente y a los desafíos del futuro.

Termina meses de arduo trabajo conjunto, de fructífero diálogo y de escucha constante. Un trabajo plasmado en un texto legislativo que nace con vocación de transformación y que permitirá a nuestro deporte seguir creciendo.

Esta Ley quiere que, con más derechos, más igualdad, más inclusión y más regulación, todos los actores del tejido deportivo español sigan siendo protagonistas del cambio de un modelo deportivo en España.

Tras más de 30 años de vigencia, la Ley de 1990 necesitaba una actualización capaz atender a un deporte mucho más desarrollado y profesionalizado a todos los niveles. Un deporte que durante estos últimos años ha adquirido una nueva dimensión social, ecológica, digital y en el que no cabe ningún tipo de desigualdad por razón de sexo, género o discapacidad.

Creo que esta nueva Ley establece cuatro principales hitos que me gustaría destacar.

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En primer lugar, el reconocimiento expreso del derecho a la actividad física y el deporte como actividad esencial para la ciudadanía. Se garantiza el derecho a la práctica deportiva de todos y todas, en condiciones de seguridad idóneas y reconociendo los beneficios para salud y la educación en valores de nuestra sociedad.

En este mismo sentido, es conveniente destacar que esta nueva Ley dota a los poderes públicos de la posibilidad de poner en marcha planes y políticas orientadas al fomento de la práctica deportiva, tanto desde las Administraciones como desde las entidades deportivas, al tiempo que busca fijar condiciones mínimas de seguridad en los recintos deportivos y programas de colaboración con las federaciones deportivas.

En segundo lugar, esta Ley siempre nació con el firme espíritu de alcanzar una igualdad efectiva y una inclusión real en todo el sector deportivo, desde la práctica deportiva hasta la composición de los equipos directivos de las entidades deportivas.

El deporte no puede ser un sector exclusivamente masculino que veta el acceso de las mujeres a sus puestos de responsabilidad. Todas las entidades, públicas o privadas, deberán a partir de ahora equilibrar la presencia de mujeres en sus órganos directivos. Con la entrada en vigor de esta Ley,

Las federaciones y ligas profesionales tienen la obligación de realizar un Informe anual de igualdad de hombres y mujeres y deberán contar con un Protocolo de prevención y actuación para situaciones de discriminación, abusos, acoso sexual.

Además, se promoverá la igualdad en la visibilidad de eventos deportivos masculinos y femeninos en los medios de comunicación y se velará por que la representación mediática de las mujeres esté libre de cosificación sexual y estereotipos sexistas. En respuesta a una de las demandas más justas planteada por la mujer, esta nueva ley busca reducir la merma de derechos de las deportistas cuando se quedan embarazadas. Las deportistas de alto nivel conservarán sus derechos y se promoverán mecanismos para reducir las dificultades de conciliación o de reincorporación tras la maternidad.

En el ámbito de la inclusión, este nuevo texto legal aboga por la promoción del deporte inclusivo y el practicado por personas con discapacidad. Se apuesta por la integración de todas las personas deportistas bajo una única federación por deporte. Una integración que será obligatoria para las modalidades deportivas donde sí lo haya hecho la respectiva federación internacional.

Se trata de dotar de un nuevo impulso al deporte inclusivo, garantizando la participación de deportistas con discapacidad en competiciones internacionales, consagrar la igualdad de este colectivo e ir de la mano con el movimiento deportivo internacional.

Asimismo, la nueva Ley del Deporte atiende específicamente los derechos de las personas LGTBI, eliminando cualquier clase de discriminación y buscando lograr que el acceso y la práctica deportiva se realice con pleno respeto al principio de igualdad.

En tercer lugar, la Ley regula con claridad la figura de la persona deportista. El eje de la Ley son los y las deportistas. Regula su estatus, derechos y obligaciones. Establece la distinción de deportistas profesionales y no profesionales, regula definición de deportistas de alto nivel y alto rendimiento y también el y la deportista de carácter ocasional.

En este sentido, se recogen derechos específicos de las personas federadas relativos a la representación y participación en competiciones, además de coberturas de salud y un sistema de permisos y licencias en ámbito escolar y laboral.

Los derechos y deberes de las personas deportistas de alto nivel establecidos en el texto de la Ley les permitirán desarrollar su carrera deportiva con estabilidad, facilitando el acceso a los estudios mediante convenios con empresas o centros educativos. Considero como algo muy relevante el derecho de los y las deportistas de alto nivel a mantener este status hasta cuatro años después de haber terminado las competiciones.

Y en cuarto y último lugar, me gustaría destacar el hito del esfuerzo normativo realizado para la actualización y regulación del modelo de gestión de las distintas entidades deportivas participantes en competiciones profesionales. Una regulación que va orientada a garantizar la celebración de las competiciones profesionales, que establece medidas de gobernanza, transparencia y control económico.

Entre otros aspectos, los derechos audiovisuales de las competiciones solo podrán ser explotados por los organizadores, se elimina la obligación de transformación en Sociedad Anónima Deportiva para clubes profesionales, que a partir de ahora ven como también desaparece la obligatoriedad del aval bancario del 15% del presupuesto de gasto.

Esta Ley unifica las funciones públicas y privadas de las entidades deportivas, regula las competencias del Consejo Superior de Deportes y reconoce la Conferencia Sectorial del Deporte como órgano de interlocución entre todos los poderes públicos como instrumento de cohesión social.

En definitiva, una nueva Ley para un tiempo nuevo. Es, sin duda, la Ley que merece nuestro deporte y nuestros y nuestras deportistas, con los hitos y retos que nuestra sociedad actual demanda. Una Ley de la que todos nos debemos sentir orgullosos.

Hoy es uno de esos días en los que más que nunca vuelven a mi mente aquellas palabras pronunciadas por el gran Michael Jordan: “Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con qué pasará, otras hacen que suceda”. Sigamos trabajando como hasta ahora para que las cosas sucedan. Merece realmente la pena.

José Manuel Franco

Presidente del Consejo Superior de Deportes

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