"Que ella no esté aquí es un bajón", reconoció a EFE la venezolana Carolina Fernández, una de las favoritas en la división de +67 kilogramos, en la que la peleadora de México ganó oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, plata en los de Río de Janeiro 2016 y bronce en Londres 2012.
Fernández peleó cuatro veces con Espinoza, la derrotó en el Open de París del 2019 y en el de Bolivia en el 2015 y presume ser amiga de la más grande peleadora de latinoamericana, que se retiró el año pasado después de convertirse en la única mujer de su país ganadora de todos los títulos posibles de su deporte.
"Era muy inteligente; tenía el tiempo perfecto en el combate. A pesar de que sabíamos de su habilidad con el puño directo, en algún momento ella lo metía; lo suyo eran jugadas perfectas. Tenía pocas equivocaciones en el combate, por eso fue tan grande. Dos veces me ganó, pero esos días yo no perdí, aprendí", confesó a EFE Fernández.
Como hizo en Juegos Olímpicos, en Campeonatos Mundiales María ganó una medalla de cada color, oro en Pekín 2007, plata en Manchester 2019 y bronce en Muju 2017, sin embargo, en el equipo mexicano la recuerdan más por su lado humano y su capacidad para cambiar el ánimo si las cosas andaban mal.
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"Cuando rompía el hielo, ella tenía la acción indicada para regresar la calma. Estabilizaba al equipo y a los entrenadores con su paciencia; después de dos ciclos olímpicos, con su experiencia revolucionó al grupo", confesó Alfonso Victoria, quien fue compañero de equipo de Espinoza y luego su entrenador.
Los integrantes del equipo mexicano en Santo Domingo, sede del taekwondo de los juegos regionales, se reconocen como hijos de María, huérfanos que aceptan la ausencia de la madre porque con lo aprendido de ella creen que pueden ganar varias medallas de oro a partir de este miércoles".
"Cuando fui un niño de siete años, peleador infantil de cinta roja, me tomé fotos con María. Luego fui su compañero de equipo y se las enseñaba; ella fue una motivación para todos. La extrañamos, pero está en otra etapa de su vida, como entrenadora", aseguró el medallista mundial Carlos Navarro.
El entrenador Victoria es el arquitecto de los triunfos de México en los últimos años y cree que en parte eso está relacionado con lo aprendido de Espinoza.
"En el año y medio que trabajé con Mari en la pandemia hice mi licenciatura, mi maestría y mi doctorado de lo que yo pensé que ya sabía; ella revolucionó mi manera de trabajo. Después de eso vino el Campeonato Mundo y ganamos tres medallas de oro, una de plata y dos de bronce", reveló el estratega.
Este martes, en el día previo al inicio del ciclo olímpico del taekwondo, una lluvia casi bíblica comenzó en el poblado de Bayaguana, donde nació el medallista olímpico dominicano Luisito Pie, se movió 75 kilómetros al oeste y descargó su furia pasado en el techo donde los peleadores hicieron su último entrenamiento antes de los combates.
Llegado de un país que lidia con lo místico en el día a día, Alfonso Victoria alzó la voz para hacerse escuchar por encima del aguacero y, como si tomara un dictado, creó una imagen poética de la madre del taekwondo en Latinoamérica: "María Espinoza fue un diluvio, algo parecido a lo que estamos viviendo en este minuto".
