Si en esa coctelera añadimos tres elementos: el nuevo reglamento, la inclusión de los hombres en diferentes pruebas -en el caso de España Fernando Díaz del Río, que es campeón mundial, y Dennis González, que ya ha ganado una medalla- y la ausencia del equipo ruso, gran dominador de la disciplina en las dos últimas décadas, podemos entender el rumbo que ha tomado la natación artística en este Mundial, donde brilla con luz propia el equipo español.
¿Cuál es el motivo? Fujiki, metódica, no solo crea, diseña y dirige las rutinas, también se encarga de la estrategia. Si las cosas no han salido como se esperaba en la fase preliminar, la japonesa retoca la dificultad y confía en que su equipo no cometa ningún error para conseguir una medalla.
LAS 'COACH CARD' O COMO AJUSTAR LA ESTRATEGIA
Un dato confirma esta teoría: España se ha clasificado para cinco finales en este Mundial -no ha participado en rutina acrobática- y en todas ha conseguido medalla, muchas de las veces sin que en la clasificación haya estado entre las primeras.
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Antes de cada prueba, las entrenadoras están obligadas a declarar mediante una 'tarjeta del técnico' (coach card) el código de dificultad trabajado para determinar el valor de los elementos. La decisión está trabajada mediante estudios con biomecánicos, matemáticos y con entrenadores, claro.
Además, a diferencia del anterior reglamento, los errores de sincronización se pagan, y muy caros, los errores en las acrobacias, igual, y existe un mayor número de controladores y en pruebas por equipos se alcanza hasta los once jueces.
ONCE JUECES Y EL VAR
Cinco son árbitros generales, tres controladores de técnica y otros tres de sincronización. Los controladores disponen de un avisador, con tres colores, con los que puntúan los elementos y si ven algún error, entonces se revisa mediante el vídeo antes de restar puntos generales.
En este Mundial, en algunas rutinas especialmente China y Japón han obtenido más puntuación en impresión artística que las españolas, pero éstas, en las finales, no han cedido ni una penalización, con lo que han marcado la diferencia.
Y parece que con Mayu Fujiki, España ha encontrado el temple, el vigor, la técnica y también la estrategia. La japonesa se hizo cargo del equipo español en 2017, justo después del Mundial de Budapest. Firmó inicialmente hasta los Juegos de Tokio y en sustitución de Esther Jaumà, ahora con el equipo holandés.
FUJIKI: DE AYUDANTE DE TARRÉS A TRIUNFAR EN SOLITARIO
Esta es su tercera etapa con el equipo. Trabajó con Anna Tarrés entre 2003 y 2011, en la época dorada de la natación sincronizada española, y posteriormente entre septiembre de 2012 y hasta después del Mundial de Barcelona 2013 (con Jaumà).
España ganó entre 2003 y 2013 33 medallas en Mundiales (1-16-16), pero a partir de entonces, la disciplina vivió tiempos convulsos y en España no se encontraba la tecla.
Fujiki venía de trabajar con el equipo chino y con el estadounidense. Nada más aterrizar hizo una disección precisa de la situación: "España necesita dar un paso grande, después de bajar del podio al sexto puesto mundial. Las jóvenes no tienen un nivel alto en técnica y lo primero es mejorar la técnica individual".
Y se puso manos a la obra. España vivió en los Mundiales de 2015, 2017 y 2019 de los éxitos de Ona Carbonell. Por detrás no se atisbaba mucho más. El primer éxito colectivo llegó con el bronce en 'Highlight' por equipos el verano pasado en el Mundial de Budapest.
Entre 2013 y 2022, las españolas se colgaron siete medallas en Mundiales (6 de Carbonell), en este Mundial, llevan cinco en las cinco finales disputadas.
