"Cuando dejé la fuga para ir al pelotón Tadej me dijo que estaba mal. Le dí agua, y cuando empezó la parte dura del ascenso empezó a pasar apuros", comentó en meta el corredor catalán.
Soler recibió la orden del equipo de quedarse con Pogacar cuando el esloveno empezó a perder tiempo respecto a Vingegaard en el Col de la Loze. La estrategia del UAE cambió, olvidándose de la general y buscando asegurar el segundo y tercer puesto del esloveno y del británico Adam Yates.
"Estoy agradecido al equipo, el trato es muy bueno. Cuando llegué, Matxín (director del equipo), me puso en la habitación con Tadej Pogacar y me esfuerzo por ayudarle en lo que pueda y aprender de él", señaló.
A partir de ahora, y hasta el domingo con la llegada a París, Soler resume los nuevos objetivos del equipo.
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"En las carreras trabajamos como un conjunto y ahora vamos a tratar de lograr el segundo y tercer puestos del podio, que no estaría nada mal", concluyó.
