"Me desenvuelvo bastante bien con el frío y tenía confianza en el equipo. Siempre hacen un trabajo estupendo. Con las carreteras mojadas y resbaladizas y sabiendo que había adoquines a dos kilómetros de la meta, sabía que era fundamental estar delante", explicó el ciclista "aussie" en meta.
Con el trabajo de todo el Alpecin se pudo anular la escapada del día y luego colocar a su velocista para rematar en Nápoles, donde Groves logró su segunda victoria en el Giro.
"Necesitábamos liderar la persecución y cerrar la escapada. Aún me quedaban dos compañeros de equipo para la meta e hicieron un trabajo excelente. Retrocedí algunos puestos, comencé el esprint antes, de lejos, y pude terminar con éxito", dijo.
Una victoria que es la número 20 de su palmarés, y que sirve de alivio, pues en 2025 aún no había ganado.
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"No ha sido un gran comienzo de temporada. Por la lesión me perdí muchas carreras y llegué aquí sin ninguna victoria. Conseguir la primera es un gran alivio", concluyó.