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Las muestras que se han habilitado en el Museo del Barro son “QR: entre lo ancestral y el futuro” de Patricia Hakim, en la que se conjugan las técnicas artesanales ancestrales con las nuevas tecnologías, y la instalación sonora “Border music” de Edgardo Rudnitzky que está habilitada en la Fundación Migliorisi, que plantea una reflexión sobre las migraciones, los exilios y los tránsitos.
La propuesta de Hakim, que podrá verse hasta el 10 de agosto, se trata de una invitación a escanear un código QR para encontrarse, de manera sorpresiva, con un video de artesanos trabajando técnicas ancestrales. Una idea de unir mundos en apariencia opuestos, recuperando y ampliando los sentidos de la artesanía, del arte y de la tecnología al tensar diversos contrastes productivos: conectando en forma tecnológica las técnicas ancestrales y sus artesanos e inversa y simultáneamente exponiendo de forma artesanal las tecnologías actuales.
La instalación sonora “Border music” de Edgardo Rudnitzky se trata de una delgada y larga estructura de metal en la que unas rústicas máquinas de antiguas cajas de música mueven sus engranajes al son de un pequeño motor dando lugar a sonidos aleatorios e inesperados.
En esta pieza la materialidad y su sonoridad establecen el “borde” entre uno y otro lado del espacio, entre uno y otro lado del “confort” e instala la cuestión de las migraciones, los exilios, los tránsitos y sus tensiones.
La segunda edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur se realiza de mayo a noviembre de 2019 con la participación de más de 400 artistas, quienes presentan sus obras en exposiciones simultáneas, distribuidas en 43 ciudades de una veintena de países, a través de más de cien sedes. Fue lanzada en mayo pasado en la provincia de Tierra del Fuego.