Afortunadamente, no se trata de una broma de mal gusto como fue “Piraña 3D”, la remake de un clásico de los setenta. “Infierno en la tormenta” (Crawl, es su nombre original en inglés) es una película con el relato adecuado para mantener la tensión necesaria durante sus poco menos de noventa minutos de duración.
Es la historia de una chica y su padre. Ella es una nadadora profesional y su padre era su entrenador. Pero están distanciados desde hace un tiempo. El padre entró en un pico de depresión y alcoholismo, luego de divorciarse de su esposa. La chica va a visitarlo, porque Florida, el estado donde vive, está sufriendo el ataque de un huracán, y el lugar donde vive el hombre es una zona inundable. Cuando la joven llega a la casa, la tormenta ya está desatada y con la subida del agua, la casa ha sido invadida por feroces caimanes. Ella también queda atrapada. Padre e hija deberán hacer lo imposible para escapar con vida.
La británica Kaya Scodelario, a quien conocimos en “Correr o morir” (Maze Runner), es la protagonista de esta película en la que se combinan muy bien el suspenso, la acción y el gore, y también algo de humor, principalmente hacia el final. Aja imprime un relato firme, que cuenta lo que tiene que contar para crear un producto entretenido, sin golpes bajos, sin necesidad de vueltas de tuerca innecesarias, aberturas a secuelas y otros trucos de Hollywood para crear sagas cazaniqueles. La película es como aquellas producciones de clase B, realizadas con una buena historia y bajo presupuesto. No creo que el costo de “Infierno en la tormenta” haya sido muy bajo. Pero tiene el espíritu de aquellas películas.
El gran director Sam Raimi, que además de “Spiderman” ha sabido realizar películas de mucha tensión, ha colaborado en la producción, lo que también es garantía de un buen producto.
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