Con dicha música y la potente “Afropolka”, Chaparro comenzó su festejo el pasado viernes ante un Teatro de las Américas lleno de un enfervorizado público. Siguiendo el repaso llegó “Vintage”, donde hizo corear a la gente que sin titubear se entregó al canto.
Acompañado de César Da Costa (guitarra), Luis Chaparro (batería) y Sargus Pérez (bajo), Rolando cantó sus principales temas, donde primó su esencia rockera dentro todos los estilos por los que bucea en su carrera. Entre las fusiones que experimenta está la polka rock, y en este concepto llegó su versión de “Gallito cantor”, del disco “Savia” (2003). Del mismo álbum hizo después la balada “Espinas del alma”.
Haciendo viajar a la platea más atrás en el tiempo, llegó otra balada: “Avísame”, de su época con Síntesis. La gente aplaudió desde los primeros acordes y acompañó todo el tema cantando.
Antes de entregar “Mundo loser”, Chaparro recordó lo preocupante de todo lo que está sucediendo a nivel ambiental. “En realidad nosotros somos los responsables de que el mundo no sea perdedor”, expresó.
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El momento acústico, viajando en la máquina del tiempo musical, vino con “Lo que somos”, de cuando Rolando fue parte de Ñamandú. “Soy algo fácil de olvidar” sonó después, arrancando casi interminables aplausos de la gente.
A la hora de interpretar la “Polkarera de los lobos”, Rolando convocó a Hugo Ferreira. El dúo resultó poderoso, ya que este tema siempre cala hondo, por la vigencia que, lastimosamente, aún tiene su premisa.
Recordando a los que ya no están, se vino “Kambaking”, en honor a Kamba’i Echeverría. “Procuremos no ser ingratos con nuestros artistas”, expresó Rolando, mencionando también a Nicolasito Caballero. Homenajeó también al desaparecido Aníbal Riveros con “Volverás mi amor”.
Pasando por el tiempo de Krhyzia sonó “Algo de mí”, nuevamente con la gente cantando con mucha emoción. Con “Reservista purahéi” y “Sam va a asaltar”, mostró más de su fusión de música paraguaya y rock.
“Ahora está bien” anticipaba el final, pero el excitado público reclamó una más. Con la “Galopera”, Chaparro sacó el jugo a la interacción con la gente, algo que también fue una constante todo el concierto.
Llegue o no ya a ciertas notas con la voz, Rolando suple eso con lo más importante que un artista pueda entregar: su evidente pasión y amor al estar encima de un escenario. Si dicen que el rock es la actitud y el espíritu, esto está totalmente dentro de Chaparro, quien sigue encantado con su guitarra y su carisma.
“¡No te mueras nunca!”, gritó alguien a Rolando, quien respondió: “Lo importante es dejar huellas”. Con este repaso y un público de generaciones unidas coreando sus temas, Rolando es prueba de que sus canciones son sus huellas.
victoria.martinez@abc.com.py
