Si bien la convocatoria no fue masiva, pues asistieron cerca de 1.500 personas según datos de producción, el público que asistió mostró su fidelidad con este estilo que irradia energía y desfachatez. Hubo diversión y entrega tanto arriba como abajo del escenario.
Cada uno disfrutó a su manera. Estuvieron los que vivieron la época cuando el punk se gestaba y se desarrollaba, alrededor de los años 70. Estos fans llegaron y más bien contemplaron parados, mirando, cantando y con los puños en alto. Seguro disfrutando por dentro y añorando poder meterse al pogo infernal que se armó cuando subió Marky Ramone. De ese pogo sí participó una porción de adolescentes y jóvenes que sin reparos se entregaron al “mosh”. Saltos, algunas patadas y remeras volando, conformaron el típico paisaje punk.
Marky Ramone se presentó con su banda Bliztkrieg, para entregar más de 40 canciones. Solamente hubo dos interrupciones y cada bis se cumplió con numerosos temas.
Fue un total recuerdo a los Ramones, pues sonaron “Rockaway Beach”, “Teenage Lobotomy”, “Do You Wanna Dance”, “Sheena is a Punk Rocker”, “The KKK Took My Baby Away”, por citar solo algunos.
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El público celebró a Marky, quien detrás de su gran batería sonó con precisión y sin mostrar signo alguno de cansancio. Es más, entregó varias sonrisas a los fanáticos, quienes disfrutaron, una vez más, la presencia de un Ramone en Paraguay.
Pela, su cantante vasco, asumió con seguridad su rol de frontman y se paseó por todo el escenario poniendo cuerpo a las canciones.
Sin dudas la presentación de Marky y su banda dio un cierre digno de fiesta punk. De dicha celebración al género participaron también las bandas argentinas Jauría y Bulldog. La primera, comandada por Ciro Pertusi, fue una mezcla entre temas de la banda y de Attaque 77.
El cuarteto de Ciro mostró que el escenario es para ellos un lugar de diversión. Irradiaron esa alegría como también mucha garra punk rocker, invitando en una parte a Gabo Baierling, Pablo Blaya y Manolo Bejarano, de Piter Punk. Este último empuñó la guitarra de Pertusi, que este cedió con mucha generosidad.
Los rosarinos de Bulldog subieron también a dar su dosis de punk, con una pisada entre la sencillez y el entusiasmo. Con “Mantu” al frente en guitarra y voz, la banda de 30 años de trayectoria hizo un repaso por su discografía. La energía de la banda fue contagiosa y el público se mostró cautivado por Bulldog, que sonó compacta y potente.
La jornada se había iniciado cerca de las 19:30 con las participaciones locales de Piter Punk y Batallón 40, grupos que forman parte de la escena de punk nacional y que, cada una a su estilo, logra otorgar mucho vigor y sinceridad con sus sonidos.
