Calonga lleva cinco años instalado en Brasil, formando parte de varias telenovelas de la Red O Globo del vecino país, hasta que se desató la pandemia. “Por primera vez en la historia de la Globo pararon de filmar las novelas. Las calles estaban vacías, Río se convirtió en una ciudad fantasma”, comentó.
Por recomendación del consulado, decidió volver a Paraguay, pero continuamente se cancelaban los vuelos en los que debía retornar. Una llamada desde la representación diplomática paraguaya le avisó que se prepare rápidamente porque lo iban a poner en el último vuelo que salía de Río a São Paulo. “Lo primero que cargué fue mi cámara”, añadió y comentó que ya en el aeropuerto paulista se encontró con otros compatriotas, con los que viajaron hasta Foz de Iguazú. Pasaron unos tres días en un hotel, compartiendo habitación entre tres y cuatro personas, hasta que pudieron cruzar la frontera.
Al llegar, fueron trasladados a la Casa de Retiro San Antonio de Padua, que según relató, estaba compuesta por un gran galpón y las ventanas estaban todas lacradas. “Al principio, muchos entraron en pánico, hubo discusiones con los militares”, rememoró.
Una de esos enfrentamientos llegó a las redes sociales y no tardaron en llover las críticas. Sin embargo, según Calonga, la experiencia que se vivió allí a lo largo de la cuarentena fue muy distinta a la imagen que tuvo de ellos la ciudadanía.
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“Una mañana me despierto con la idea de mostrar lo que estaba pasando. Hice entrevistas con otros compatriotas. Había antropólogos, médicos, deportistas, todos nos encontrábamos en ese lugar”, destacó el actor.
“En poco tiempo nos transformamos en una familia”, acotó.
Calonga mencionó que hizo nueve entrevistas, siete con repatriados y también con los agentes de las Fuerzas Armadas y la Cruz Roja, que estaban a cargo de asistirlos durante las dos semanas que convivieron en el lugar.
“Los días parecían ser interminables. Irónicamente, yo con esto me desenchufé de esta realidad”, relató.
El día a día
Destacó que “cada uno encontraba su manera de conectarse” y que por las noches, cuando se apagaban las luces, podía escuchar a la gente hablar con sus familias, diciendo que todo iba a estar bien. En el grupo de repatriados también se encontraba un guitarrista y otro músico proveniente de Dubai, que los deleitaban con música por las tardes.
Durante el día, luego de un control sanitario, pasaban las horas sentados al sol, escuchando música, leyendo, haciendo ejercicio o tomando tereré, pero cada uno con sus guampas.
Ya desde su casa en Asunción, Calonga se encuentra ahora abocado a finalizar el guió y realizar la posproducción del documental, que contará además con otras imágenes tomadas por sus “compañeros” de cuarentena. Comentó que aún está definiendo si se tratará de un largometraje o una serie, y que se encuentra negociando con un canal de televisión la posibilidad de emitirlo.
Antes de retornar a Paraguay, según comentó, se encontraba grabando una telenovela y también estaba trabajando en la asistencia de dirección de una película. “Cuando esto pase voy a tener que regresar allá. Ahora mi proyecto principal es ‘Repatriados”, finalizó.
