Al calor del punk rock en el Casco Antiguo

El punk rock se apoderó del Casco Antiguo en la calurosa jornada del sábado pasado. Attaque 77 y 2 Minutos fueron las notas más altas de la noche.

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El grupo alemán Kraftklub fue una gran sorpresa. CJ Ramone dio un show correcto, pero que no levantó tanto a la gente. Las bandas locales cumplieron un buen papel. La jornada empezó a las 16:15 con los paraguayos Trifulka, Batallón 40 y Square Pants, que dieron todo de sí ante un público que iba llegando lentamente.

Con una performance muy irreverente, saltó a escena el quinteto alemán Kraftklub, minutos antes de las 19:30. El cantante Felix Brummer le puso mucha onda a su presentación y se destacó como frontman. Sonido potente y guitarras por momentos bien melódicas, su presentación arrojó mucha personalidad e incluso estuvo bien producida hasta en el vestuario. 

Piter Punk subió luego con un sonido con espíritu de punk barrial. El público celebró con los brazos en alto a este grupo paraguayo. 

La gente se mostraba ya impaciente y enloqueció ante la primera aparición de Attaque 77. Su reencuentro con el público paraguayo fue muy pasional, e incluso en un momento el vocalista Mariano Martínez pidió a la gente que no empuje muy fuerte. 

Al turno de CJ Ramone el público ya no estaba del todo prendido. Habrá influido la gran energía derrochada con los grupos anteriores. Solo bien adelante había más movimiento. Igualmente el bajista casi no habló y entregó una seguidilla de temas como “Sheena is a punk rocker”, “I wanna be sedated”, “Blitzkrieg bop”, y más. Su show fue potente y correcto, pero no más que eso. 

Con 2 Minutos la gente volvió a crecer en número y a encenderse de nuevo. Se sintió conexión entre artistas y público. La gente saltaba sin parar, cantaba a gritos, con total desenfreno. Los pogos se hicieron más frenéticos para celebrar con este grupo que tiene una pisada más desfachatada. 

Dentro de toda la exaltación que genera el punk, adentro hubo buen ambiente. Fue sin embargo afuera donde algunos inadaptados, que no ingresaron, rompieron botellas y tiraron piedras. Hubo cascos azules apostados en la vereda para salvaguardar a los asistentes. La organización del festival también es digna de destacar.

victoria.martinez@abc.com.py

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