De la gloria al abandono y olvido

La soprano Svetlana Evreinoff (79), en su modesta vivienda en el barrio Remanso Castillo, deleita con su trayectoria musical por los más grandes escenarios del mundo. Lamenta el abandono que sufre por parte de las autoridades y de los alumnos e hijos adoptivos que formó.

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MARIANO ROQUE ALONSO (Rocío Portillo, corresponsal). Svetlana, cariñosamente “la profe Lala”, nos relata su trayectoria artística y personal en su modesta pero coqueta casa decorada con adornos rusos, holandeses y antigüedades de un pasado de gloria.

“La edad trae sus achaques, pero hay que saber envejecer con gracia y disfrutar al máximo las diferentes etapas de la vida”, dice al recordar que trabajó 25 años en Estados Unidos y regresó al Paraguay para quedarse porque, al igual que su difunto padre, Nicolas Evreinoff, ama esta tierra, su país de adopción.

Se mantiene económicamente de lo que percibe como jubilación de los Estados Unidos por los años que trabajo allí, pero no es mucho. Es por eso que brinda clases particulares a pocos alumnos, para llegar a fin de mes. No percibe ayuda de Autores Paraguayos Asociados (APA).

Autoridades nacionales la declararon maestra de maestros y es “hija dilecta” de la ciudad de Mariano Roque Alonso. “La Comuna local se había comprometido a un canon mensual por mi trayectoria, pero hasta la fecha no ha cumplido”, se queja.

Lala formó más de 500 alumnos, hoy esparcidos por todo el mundo. “El escenario fue todo en mi vida, pero hay que darle paso a la gente joven; es por eso que me retiré a la edad de 70 años, en 2007”, insistió, y aclara que ya no enseña en el conservatorio de canto Evreinoff.

Recordó que llegaron al Paraguay el 19 de diciembre de 1949, en compañía de sus padres, Nicolas Evreinoff y Ludmila Sekisoff de Evreinoff. La primera Navidad la pasaron con su familia en Carmen del Paraná. Y como no tenían lucecitas navideñas, ella se ingenió y atrapó varias luciérnagas que envolvió en papel celofán.

“Fue algo muy creativo. Tuve una niñez con mucha inocencia y felicidad. Solamente nos daban tres dólares por familia las Naciones Unidas, para poder mantenernos como refugiados”.

Nacida en China

Lala nació en Harbin Manchuria, China, en 1938, en una colonia rusa formada con quienes habían huido de la Revolución Bolchevique. Allí se instalaron sus abuelos con sus hijos. A partir de allí, su familia deambuló por varios países, hasta que llegó al Paraguay.

Desde muy joven desempeñó múltiples actividades como periodista y locutora de la Escuela Panamericana de Periodismo en Washington (EE.UU.) y fue locutora de Radio Nacional del Paraguay entre 1953 y 1964. También es abogada por la Facultad de Derecho de la UNA, en 1964.

Tiene nueve discos grabados, varios de ópera y canciones líricas.

Su pasión por la música fue muy precoz. A los tres años, comenzó a estudiar piano. Pero al terminar Derecho, a los 25 años, fue a los Estados Unidos, para trabajar como intérprete para las Naciones Unidas, y por las noches estudiaba canto graduándose como máster en 1990 en el Mannes College of Music de Nueva York.

Svetlana cantó con los grandes, como Luciano Pavarotti, conoció también a Plácido Domingo, pero una experiencia inolvidable fue la que tuvo con el ruso Nicolai Gedda. “Era el más grande para los rusos, como si fuera un Dios”.

“Mi padre era un idealista, con los pies bien plantados en la tierra, y con lo poco que sabía de este país, lo eligió para nuestro destino. Porque Paraguay nunca tuvo relación con el bloque soviético. Llegué con 10 años a un lugar conocido como Apere’a, en Carmen del Paraná”.

La gran travesía de su vida ahora llega a los 80, que los cumplirá este 12 de julio.

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