La música contemporánea va al encuentro con la gente

Este artículo tiene 7 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2394

La música contemporánea no tiene una gran convocatoria en nuestro país, por eso fue una grata sorpresa que mucho público asistió al concierto del Novum Ensamble y recibió con calidez su propuesta, el pasado martes en Drácena. El recital fue parte de un nuevo ciclo de música de cámara en dicho lugar.

En esta oportunidad, el Novum Ensamble estuvo conformado por los guitarristas Javier Acosta y Rodrigo González, y la violista Camila Corvalán. Para verlos, la gente colmó la sala donde se desarrollan los conciertos, e incluso hubo quienes escucharon desde los lugares que encontraron por fuera.

Así, un maravilloso y variado repertorio de compositores latinoamericanos, en su mayoría del siglo XXI, inundó el sitio.

El concierto se inició con un dúo de guitarras al son de la obra “Mboreví”, de Nicolás Pérez González, que mostró una amplia paleta sonora de las guitarras sacándolas de una zona cómoda.

La viola de Corvalán se unió luego para “Pampa. Proyecto: Tiempo”, de Martín Bauer, que fue un estreno en el país. Tal como lo había anunciado Acosta Giangreco, fue un viaje sensorial por la Pampa argentina, donde sin melodía o ritmo las notas iban creando distintos paisajes.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Rodrigo González quedó luego solo para hacer los estudios XI, XII y XIV de Leo Brouwer, de sus “20 Estudios Sencillos”. Las piezas sonaron claras así como muy expresivas y con mucho carácter.

Seguidamente llegó Danzas y meditaciones para viola y guitarra, de Leonardo Coral, otro estreno en Paraguay. Esta obra es una travesía y combina con maestría tanto ritmos latinoamericanos como mexicanos, debido al origen de su compositor.

Finalmente tuvo lugar el estreno mundial de “Tangará”, de Acosta Giangreco, concebida especialmente para este ensamble. La composición mostró, en tres movimientos, los rituales de los Mbya Guaraní. A través de frenéticas incursiones de viola, del percutir las guitarras o frotar sus cuerdas con vidrios, experimentamos sonoramente las danzas de los indígenas. Así, el concierto fue toda una experiencia inmersiva, con músicos compenetrados con las obras y conectados entre sí.

Además, es interesante que la música de cámara y la contemporánea salgan de los espacios convencionales como teatros o auditorios, que rompa lo establecido y vaya a sitios más distendidos y donde la música está bien cerca de la gente.

Es como lo que hace, justamente, la música contemporánea, rompe preconceptos y propone nuevas formas de vivir la música. Ojalá más propuestas como esta se vayan gestando en nuestro país.

victoria.martinez@abc.com.py