Las falencias que enferman

“Hospital de pobres” es el primer largometraje de Rafael Gunsett, quien se ha formado en Cuba, y tiene una larga experiencia en televisión. La película fue rodada en el antiguo edificio del Hospital de Clínicas.

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La salud pública es una de las grandes falencias del Estado paraguayo. La atención a los enfermos no ha mejorado en estos casi treinta años de democracia, sigue siendo miserable. Los pocos hospitales públicos parecen escenarios de películas catástrofe, con los pacientes postrados en los pasillos y los familiares corriendo buscando médicos, remedios o lo que fuera necesario ante las carencias que se multiplican.

A “Hospital de pobres” le faltó fuerza para encarar un tema tan acuciante en el interés de la sociedad paraguaya. El filme debía ser mucho más contundente en su planteamiento, más punzante en su crítica, más ágil y atrapante en su relato.

El esquema de la historia es interesante: Un joven médico ingresa a un hospital público con todas las ansias de servir a la salud y descubre un mundo de abandono y corrupción. Ante un tema tan complejo, las intenciones no bastan y la película no despega. La falta de intensidad dramática evidencia las falencias técnicas.

Hemos visto películas con menores recursos cuya convicción en el tema superaban los problemas que se presentan durante el rodaje. Los grandes logros que se han alcanzado en el cine paraguayo reciente se obtuvieron con ingenio y talento. “Latas Vacías”, técnicamente no tenía nada, pero la intensidad de su relato opacaba las carencias. “Los buscadores” demuestra cómo buenas actuaciones sostienen un guión simple. “Truenos”, un filme sin muchas pretensiones, logra tener una coherencia interna que sostiene la historia y deja ver la película.

Alguna vez, Paz Encina había dicho, refiriéndose al proceso de hacer una película, que hay cosas que a un director se le escapan: “Uno llega también a esos momentos con toda una carga de limitaciones ajenas que exceden a las de uno”. Cada director en su laberinto se enfrenta con esas limitaciones, las propias y las ajenas, y hace su apuesta.

Rafael Gunsett tenía dos elementos sustantivos: Uno, haber filmado en el edificio de Clínicas, una referencia muy importante en el imaginario de los paraguayos. Sitio de penurias y esperanzas, y de una gran carga histórica en las luchas sociales. Pero el escenario se desvanece ante la inconsistencia del guión y la insensibilidad de las actuaciones. Aunque se trate de un hospital ficticio en la película, la carga emotiva está presente. El segundo es el tema en sí, que no llega a desarrollarse. Las falencias de la salud pública son tratadas descontextualizadamente. El filme es simplista, prima el mensaje religioso sobre la problemática en sí.

Estamos en la adolescencia de nuestra historia cinematográfica. Una montaña rusa, en la que buscamos nuestra identidad. Ha habido logros importantes (¡Vaya, dos Osos en Berlín!), pero aún hay escollos, que pueden superarse en el siguiente paso.

sferreira@abc.com.py

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