La puesta es un divertimento, habiendo tantos temas por explorar.
“Corochiré”, de Juan Carlos Moreno González y Manuel Frutos Pane, es una producción general de José Santiago Mazó Benítez.
Es interpretado por el elenco “Anastasi”, de la Pastoral Artística de la parroquia María Auxiliadora; el elenco “Arandu Purahéi”, encabezado por la soprano Jacqueline Cohen, y la Academia de Ballet “Jessica Arias”. La música está a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Juan Carlos dos Santos.
La trama muestra a Corochiré, un joven que busca a su novia, un espíritu que vive en el bosque. Para encontrarla pasa por varios momentos, acompañado de su amigo Sotero. En el camino vemos algunos seres mitológicos.
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El argumento es simple y cliché, como también predecible. Los mensajes que busca dejar se subentienden porque los personajes los repiten una y otra vez.
Un hombre y una mujer que quieren estar juntos, pero por distintos motivos no pueden, ya sea las diferencias de clases sociales, la distancia, la fantasía. Y todo esto ocurre entre típicos personajes que sí o sí harán reír al público, porque la fórmula del chiste fácil está en casi cada línea del guion.
Si bien no está mal mostrar estas obras clásicas, hay tanto potencial desaprovechado en el formato de la zarzuela.
Es todo un esfuerzo hacer una obra como esta, pero en vez de invertir todo ese esfuerzo en ella, se puede sobresalir con algo nuevo.
Tenemos mucha música nueva hoy de autores contemporáneos, y si se quiere hacer algo folclórico también hay material. En vez de hacer zarzuelas de temas ligeros, y si lo que se quiere hacer es un musical, esto se puede hacer, pero con nuevos libretos que exploren otros géneros musicales con temas más actuales, si es que se pretende dejar un mensaje a través de una obra habiendo tanto hoy día sobre qué debatir.
Por otro lado, la danza está siempre como un relleno. Y la danza es todo un lenguaje que transmite su propio mensaje, al que habría que darle más protagonismo y prestigio. Se la puede desarrollar en otros estilos como en el contemporáneo o clásico.
Se pueden crear personajes mucho más profundos y originales. ¡Cuánto se podría evolucionar si se crearan historias que buscasen nuestra identidad actual!
Si el objetivo de poner en escena las mismas zarzuelas una y otra vez es solamente entretener al público, los elencos deberían pensar en crear y llegar a la gente con otras ideas que no sean las mismas de siempre.
Tanto hay por decir y tanto hay por crear con tanto talento por explotar, entonces ¿por qué hacer siempre lo mismo, si el género se puede expandir mucho más allá de la fórmula creada hace tanto tiempo?
No demerito a los creadores, sino que hoy día ya podemos elevar la voz con propuestas más jugadas. victoria.martinez@abc.com.py
