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Argentina y Brasil tienen un ministerio de Ciencia y Tecnología, mientras que Bolivia un viceministerio en el sector. Por ello, el año pasado, el exdiputado y hoy secretario de la Secretaría Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación (Senatics), David Ocampos, propuso crear el ministerio de las ciencias y la innovación tecnológica.
El proyecto, que hoy se encuentra en estudio en la Cámara de Diputados, ya cuenta con el rechazo de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara Baja.
La propuesta contempla la promoción de la investigación científica y tecnológica, la innovación productiva, la divulgación y la transferencia de conocimiento con el nuevo organismo estatal. Además, se pretende con ello el desarrollo de tecnologías públicas para generar e impulsar con equidad y eficiencia el desarrollo científico, económico y social de los ciudadanos.
Con la ley también se crearían los viceministerios de desarrollo científico; gestión de la innovación y el tercero sería de transferencia de tecnología y divulgación científica.
El proyecto de Ocampos también establece el fondo nacional de ciencia e innovación productiva.
“No a un monstruo”
El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de Diputados, Antonio Buzarquis, señaló que están de acuerdo con darle más importancia a la ciencia en nuestro país, pero no a costa de crear “un nuevo monstruo a nivel presupuestario”.
“No estamos de acuerdo con el gigantismo estatal. Sí queremos que alguien del mundo científico forme parte del gabinete de ministros. Pero se necesita también saber la política del Ejecutivo sobre este tema”, indicó el legislador.
También criticó la gestión del Conacyt. “Con todo el respeto que se merece el Conacyt, todavía estamos en una isla, aunque las intenciones sean buenas, esto no basta”, expresó, a la vez de insistir en que se necesita de una política de Estado clara sobre el tema.
Peligro político
Por su parte, el ingeniero Luis Lima Morra, presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), afirmó que es prematuro hablar de la creación de un ministerio de ciencia.
“El Conacyt recién se está consolidando. Estamos liderando y apoyando proyectos de gran envergadura en materia científica y tecnológica. Además, un ministerio de ciencia debe estar totalmente alejado de la influencia político partidaria”, declaró.
Dijo que el Consejo que preside tiene una riqueza académica y social importante, ya que de él forman parte tanto representantes del sector público como del privado.
Lima manifestó que un ejemplo de la importancia del Conacyt es la confianza mostrada por los investigadores locales, que presentaron cientos de proyectos en las últimas semanas.
“No tenemos líneas definidas de investigación, esta es abierta en nuestras convocatorias. Pero muchos de los proyectos contribuirán al progreso y desarrollo del país”, agregó.
El presidente del Conacyt recordó que los programas de la institución son apoyados, asesorados y evaluados por expertos extranjeros, para darles más seriedad a los proyectos de financiación y de categorización.
Paraguay cuenta actualmente con 1.550 investigadores, de los cuales solo 238 están categorizados por el Programa Nacional de Incentivo al Investigador (PRONII).
Poca inversión
Nuestro país invirtió 95.947 millones de guaraníes en investigación y desarrollo, lo que equivale al 0,085% del producto interno bruto del país, según las estadísticas e indicadores de Ciencia y Tecnología 2012, elaborados por el Conacyt. Recién desde el año 2002, el país cuenta con una política de CyT, a lo que el Consejo agregará el área de innovación, con sus nuevos delineamientos con los que se trabajó en los últimos meses.
Conacyt, desde 1997
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, fue creado por la Ley 1028/97 y a partir de allí vinieron otros cambios drásticos en la política nacional de CyT.
“Formular y proponer al Gobierno nacional las políticas nacionales y estrategias de ciencia, tecnología e innovación y de calidad para el país, en concordancia con la política de desarrollo económico y social del Estado. En coordinación con las instituciones relacionadas, supervisar y evaluar la implementación de estas políticas y estrategias”, dice una parte de la Ley 2279/03 que modificó y amplió los artículos de la Ley 1028/97 “General de Ciencia y Tecnología”.