Koirala, de 74 años, fue nombrado primer ministro en febrero tras una vida dedicada a la política sin haber ocupado nunca ningún puesto en una administración.
A diferencia de algunos de sus colegas de Gobierno, millonarios en unos de los países más pobres del planeta, Koirala no tiene casa propia, ni coche. De hecho uno de sus tres teléfonos móviles no funciona. Nepal obliga a sus políticos a declarar sus activos financieros.
