El torbellino fuera de las canchas en nuestro fútbol se inició en noviembre del año pasado con la denuncia de un supuesto vínculo del presidente de Olimpia, Marco Trovato, con apuestas deportivas. Pero de las versiones y en medio de la incertidumbre el caso tomó mayor ribete en el arranque de la temporada con otra denuncia anónima que tuvo entrada en la FIFA por supuestas faltas al Código de Ética de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF).
Pasaron varios meses del sonado proceso, según se sabe, pero que se pretendió darle el rótulo de confidencial en esferas de las autoridades de la matriz de nuestro balompié. Se manejó con hermetismo el procedimiento, sin embargo se hizo público que el abogado Luis Ayala, de la Comisión de Ética de la APF, viajó a Suiza sobre el caso de la denuncia, que hasta acá no se divulgó quién la propició contra el titular franjeado, Marco Trovato.
Desde la entidad de Para Uno se enviaron varias notas a la APF –según informó el propio afectado–; es más, se denunció inclusive un “pacto oscuro” contra Trovato.
A todo esto se sumó el pedido de investigación de supuesto amaño del partido entre Cerro Porteño y Nacional, Apertura 2011, ganado por el cuadro albo 2-1 y con que se consagró campeón.
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El cruce de pedido de investigación o denuncias se fue incrementando hasta que se llegó a involucrar a la selección paraguaya de un supuesto arreglo con un seleccionado de Centroamérica. En ese orden se apuntaron partidos contra El Salvador, pero lo más cercano se dirigía a Guatemala.
Seguimos sin fútbol por la cuarentena a raíz de la pandemia del covid-19, pero ¿qué hay de cierto que hubo una notificación de FIFA sobre el caso de Trovato? Semana de reflexión.