En la conversación con el técnico Paulo César Carpegiani este reveló un deseo que tuvo cuando inició el proceso de convocatoria para el Mundial. “En Olimpia estaba surgiendo un jugador que tiempo más tarde se consagró como un gran artillero. Era alto, fuerte, excelente jugador y había hecho dos o tres partidos. Cuando uno va a la Copa del Mundo, tiene que llevar a los jugadores que observó por mucho tiempo. No estoy arrepentido, porque surgió tarde, pero él podía ir. Era un chico y no tuve la osadía de llevarlo porque tenía jugadores que hicieron una buena Eliminatoria”, dijo en relación, a nada más y nada menos, que a Roque Santa Cruz. Por entonces, ese alto, fuerte y excelente jugador tenía 17 años.
“Yo había jugado con Saturnino y otros delanteros toda la Eliminatoria, pero ese jugador después se transformó en un gran atacante de Olimpia y de la selección. Me recuerdo bien, porque también lleve a un mediocampista de Olimpia que acabó siendo nuevo. También tuve la infelicidad en el fútbol paraguayo de no tener un número diez, me faltaba el hombre delante de Acuña y los volantes. Paraguay no tenía ese jugador”, enfatizó el DT, que sí llamó a Carlos Humberto Paredes, quien no había disputado ningún juego de las Eliminatorias de Francia 98.
