Estas conclusiones derivan de los datos que las oficinas locales de la entidad binacional suministran mensualmente a la prensa.
De acuerdo con el material informativo oficial, en noviembre pasado, Yacyretá produjo 1.338 GWh (1 GWh = 1000 MWh). Por consiguiente, según el Art. XIII del Tratado de Yacyretá, 669 GWh corresponden a nuestro país. De esta cantidad la ANDE retiró 291 MWh y 378 MWh se llevó Ebisa –y el sistema eléctrico brasileño–, según denuncias en las oficinas paraguayas de la entidad.
Un dato relevante del material informativo mensual de la EBY se infiere del cotejo entre los caudales de energía eléctrica que la ANDE canalizó hacía su sistema en octubre y noviembre de este año. En efecto, si en octubre la estatal paraguayo retiró de Yacyretá 158 GWh, en noviembre esa cantidad subió a 291. El incremento, por ende, fue del 84,2%.
Llama la atención el cambio radical en la conducta de la ANDE con relación a la energía de Yacyretá.
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En efecto, recordemos que en octubre de 2018, la empresa eléctrica estatal paraguaya, de 1.786 GWh suministrados por la binacional, aprovechó apenas 15 GWh, o sea el 0,84% del total generado en ese mes.
Voceros de la ANDE, ante las insistentes preguntas de la prensa se justificaban diciendo que la energía de Itaipú era más barata.
Tal vez en las secuelas de actual crisis hídrica, que hasta el undécimo mes del año aún no le permitía a Itaipú alcanzar siquiera el nivel de generación que asigna a la energía firme o garantizada y, por consiguiente, en la inevitable desaparición, al menos en lapsos demasiado secos como el presente, radique la explicación del brusco viraje.
En noviembre del año pasado, el aprovechamiento de la energía de la central Yacyretá, que impuso al Paraguay un en enorme sacrificio territorial, si bien fue ligeramente superior al de octubre, tampoco fue muy estimulante: 1,3%, apenas.