En una suerte de balance, inevitablemente parcial por razones de espacio del pasado de la llamada “Obra del siglo XX”, deben rescatarse algunos hitos, por ejemplo que la entidad binacional se instaló en 1974 con desequilibrantes prerrogativas para Brasil en su administración, como el voto de desempate que el estatuto de entonces concedía al director general brasileño.
También la excluyente titularidad de funcionarios brasileños en las direcciones más relevantes del ente, a pesar de que el Tratado (Art. III) la creó “en igualdad de derechos y obligaciones”.
El recuento no debe ignorar otros capítulos, como el Art. XV del Tratado, que al incluir el valor de la compensación por cesión de energía en el costo del servicio de Itaipú, inventaba la práctica de la “autocompensación” en esta singular relación entre los socios de una empresa, con iguales derechos y obligaciones.
Los insistentes cuestionamientos de la prensa, con ABC Color en la vanguardia, de políticos opositores, estudiantes y sindicalistas independientes desembocaron el 28 de enero de 1986 en la Nota Reversal Nº 4, que descargó el peso de ese inexplicable error sobre las finanzas del exclusivo beneficiario, Eletrobras, sin más rodeos.
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El Art. XVIII del Tratado, es otra prueba, en el más benevolente de las actitudes, de la desatención de los negociadores y parlamentarios que lo aprobaron.
Una vez más, los negociadores del Tratado y el grueso de los legisladores, colorados y procolorados, que lo aprobaron, dejaron abiertas las compuertas de la soberanía paraguaya para que las FF.AA., brasileñas irrumpiesen en nuestro territorio, porque ese artículo lo permitía, con “...actos unilaterales”, adoptar medidas como las de policía y seguridad para garantizar el cumplimiento del Tratado.
Afortunadamente, en este caso, la reacción fue más rápida y el 1 de noviembre de 1973, los cancilleres firmaron el instrumento diplomático que clausuraba la posibilidad de una invasión de las FF.AA., brasileñas.
No debe olvidarse la contradictoria redacción del Art. XIII, cuya resolución seguirá pendiente hasta el 13 de agosto de 2023.
Finalmente, que 36 años de producción (1984/2010), de los 2.710.465 GWh que produjo la central, nuestro país pudo aprovechar 215.910 GWh, el 7,9%, en tanto que Brasil se alzó con el 92%.
Si limitamos nuestra mirada al 50% paraguayo, veremos que nuestro país “cedió el 84%”, para colmo de males por un valor promedio que ronda los US$ 4/MWh, según estimaciones, y pudo aprovechar solo el 16%.
