El programa para la construcción de la central hidroeléctrica de Yguazú ya lleva siete años de gestión, pero, hasta el momento, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) solo completó las obras del lote 1, “Accesos y obrador”, a un costo de US$ 3,5 millones.
La cuarta etapa ni siquiera fue licitada aún, mientras el costo de la obra continúa trepando, sumados otros gastos como la amortización del capital, pagos por consultoría, sueldos del personal de ANDE asignado al programa, etc. Dicho de otra manera, siguen esfumándose los dólares del préstamo de US$ 200 millones otorgados por el Japón para financiar esta obra.
Recientemente, luego de dos licitaciones internacionales convocadas por ANDE para las obras civiles y montaje de las turbinas, contempladas en el lote 2; finalmente la empresa estatal habría adjudicado los trabajos a la “única oferta” que correspondió al Consorcio Constructor Yguazú, conformado por la multinacional brasileña Camargo Correa SA y la paraguaya Talavera & Ortellado, que cotizó US$ 252.705.195.
Pero como la partida disponible para esta obra asciende a US$ 265 millones, de los cuales ya están comprometidos US$ 105 millones, si ANDE desea completar esta parte del proyecto, deberá aportar “un extra” de US$ 92.205.195.
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Cabe recordar que la oferta del consorcio Hydrochina-Tecnoedil SA que fue “descalificada” para este mismo lote era de US$ 188.912.551. Vale decir que, con esta oferta, el Estado hubiese ahorrado US$ 63.792.644, o sea un 25,2% comparado con la “única oferta” ganadora y el descalce financiero a cubrir por el ente estatal hubiese sido de US$ 28.412.551.
El licenciado Alberto Lezcano, apoderado del Consorcio Hydrochina-Tecnoedil SA, declaró que cuando pidió explicaciones a las autoridades de la ANDE y la JICA sobre el motivo de la descalificación de su oferta, fue informado en forma verbal, no por escrito; y se negaron a entregar copias del dictamen del Comité Evaluador, argumentando que una cláusula de confidencialidad del organismo japonés les impedía hacerlo. En cuanto a los motivos por los que fue desechada su oferta, responsabilizó de este hecho al “establishment”.
Al respecto indicó que la presentación del formulario de garantía de mantenimiento de oferta, o garantía bancaria, no se ajustaba al pliego y que este tema fue motivo de consulta casi un mes antes de la presentación de ofertas, pero la aclaración solicitada fue respondida por la ANDE recién el último día hábil antes de la fecha de presentación de ofertas y publicada en su portal ese mismo día, lo cual hizo imposible rectificarla.
Las preguntas pertinentes serían: ¿Cuál sería el grado de compromiso que existiría para priorizar abiertamente el proyecto más costoso? ¿Tiene sentido continuar con el proceso licitatorio? Y la pregunta del millón: ¿Es este el nuevo rumbo que se pregona desde el Ejecutivo?
Consultora no da la cara
En reiteradas ocasiones, este diario intentó contactar con los responsables de la consultora japonesa Nippon Koei Lac Co. Ltd., que fue contratada por la ANDE para el proyecto y la fiscalización de la obra por unos US$ 25 millones; de los cuales, ya habrían cobrado US$ 11 millones, por el anteproyecto que sirvió para elaborar los pliegos de la licitación. El Ing. Juan Manuel Cano, gerente de Operaciones y representante legal en Paraguay de la consultora, explicó que el proyecto Yguazú estaba a cargo del Ing. Ovidio Ovando, quien se encontraba de viaje.
