La historia de la empresa familiar se inicia en 1918, con la fundación de la firma “Diamante”, a cargo de Mauricio Libster, con ocupación de técnico relojero y de origen ruso.
En 1939 la empresa pasó a manos de Samuel Libster, hijo de Mauricio, y con su esposa Dora Asrilevich comienzan a integrarse en el negocio de las joyas. En la actualidad, la joyería sigue a cargo de la familia hasta la cuarta generación. Desde sus inicios, creció y continúa cosechando éxitos con esfuerzo y dedicación, al mismo tiempo que marcando tendencia dentro de su rama a nivel nacional.
En su céntrico local, poseen un salón de ventas de dos niveles, las oficinas contables, los talleres de relojería y joyería en donde brindan el servicio técnico de las marcas que distribuyen y la fabricación vanguardista de joyas de diseño propio, manteniendo siempre sus estándares de calidad, variedad y buen gusto.
