Como ejemplo citó el caso de los accionistas cuyas empresas ya tributan el Impuesto a la Renta sobre las utilidades cada año. Luego los mismos accionistas abonan al fisco una tasa del 5% por la distribución de las ganancias y estos, a la vez, deben pagar su IRP en base a importes ya gravados.
Según el profesional, estos errores se dan justamente ante la falta de diálogo con las partes afectadas, como los profesionales y gremios, ya que en ningún momento hubo intención de socializar el proyecto.
Otro punto que cuestionó Vergara es el apuro en la modificación de las reglas del juego antes de la implementación total del impuesto prevista para el 2019. Si bien la intención de la Administración Tributaria es correcta en el sentido de avanzar en la implementación del IRP, primero debería centrarse en que el compromiso alcance a toda la base de contribuyentes prevista, para luego ir incrementando los niveles de exigencia, recomendó Vergara.
Igualmente aclaró que los cambios previstos en la normativa estarán en vigencia solo a partir de su publicación en la gaceta oficial en algunos términos, mientras que los otros se aplicarán a partir del próximo año. Dijo además que la norma no puede de ninguna manera ser retroactiva. Sin embargo, los grandes cambios que plantea la nueva normativa se darán en el momento de la liquidación del impuesto, que se extenderá de marzo hasta julio del próximo año. Esto con el fin de dar tiempo a los contribuyentes para adecuarse a los cambios sugeridos en los nuevos formatos de liquidación del impuesto.
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