Así lo adelantó a nuestro diario el Ing. Francisco Rivas, representante de CIE, al ser consultado al respecto. Sobre la base de ese informe –según dijo– los directivos de la entidad hidroeléctrica tomarán la decisión si desmontan toda la estructura o continúan con la obra.
Durante los trabajos –explicó– un aparato denominado pluma, que sirve para trasladar materiales pesados, impactó contra las vigas de cemento, provocando su caída y el desmoronamiento del encofrado.
Solo dos de los seis obreros sufrieron lesiones más graves, según Rivas. Por ejemplo, Aldo Báez tuvo fractura del fémur.
Se le tuvo que someter a una operación para acomodar los huesos. Sigue en el hospital. Mientras que a Juan González se fracturó el maxilar. También sigue en el hospital del Instituto de Previsión Social (IPS) en espera de que baje la hinchazón de su rostro para que los doctores puedan decidir sobre qué el tipo de cirugía al que le someterán.
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El accidente en la subestación no retrasará la obra, porque fue en uno de los talleres. El mes próximo, así como está previsto, concluirá la primera etapa con la energización de la línea de 500 kV, con los cuatro transformadores de 500 instalados, según el técnico.
Recordemos que la segunda etapa debe terminar en noviembre con la instalación de los cuatro transformadores de 500 kV o 500.000 voltios restantes, además de cuatro de 66 kV y uno de 23 kV o 23.000 voltios.