Agregó que “la mayoría de los paraguayos que están aquí no quieren seguir las leyes y siempre están buscando el camino torcido. No aceptan la formalidad y creen que es suficiente con coimear a los funcionarios”.
Como ejemplo de la informalidad imperante mencionó que los vehículos que van a Paraguay en la cigüeñas no están asegurados. “Los documentos que firman los compradores llevan tres letras muy pequeñas: PCC que significa “Por cuenta del comprador”, esto quiere decir que si hay accidentes nadie se hace responsable de los daños”, expresó.
Garcés está acostumbrado a trabajar con la formalidad que marcan las instituciones de Chile y reconoce que resulta complicado trabajar con paraguayos que llegan hasta Iquique. “Muchas veces perdemos contratos que podrían beneficiarnos porque no siempre entienden que no es cuestión simplemente de andar coimeando. Hay que trabajar con formalidad, respetando normas, pero eso parece que les cuesta a los paraguayos”.
En Iquique la frase “hacer una paraguayada” es sinónimo de elegir un camino torcido, esta es la imagen que damos en la ciudad. Las autoridades chilenas que aquí trabajan obviamente conocen cada uno de los trapos sucios que gira en torno al comercio con Paraguay.
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Cumplir las normas
Johana Albayay, chilena, tiene un trabajo similar al de Marcelo Garcés. En este momento enfrenta problemas con el empresario paraguayo Carlos Pineda: “El camión transportador se volcó en la cordillera y buena parte de los vehículos quedaron golpeados. El comprador quiere la reposición de su dinero, pero se niega a entender que hay formalidades en Chile que se tienen que cumplir”.
Explicó Albayay que Aduana de Chile extiende un plazo máximo de 30 días para que los camiones transportadores abandonen el país, sin posibilidades de prórroga. “Esto quiere decir que se deben presentar los papeles en Aduanas para que puedan darlo de baja en el inventario de vehículos ingresados, de lo contrario se abre una investigación por contrabando”.
Siguió diciendo que, “por otro lado, los vehículos que se compran en la zona franca tienen un plazo de ocho días para salir de Chile. Si están accidentados en la cordillera nunca podrán salir, pero esto hay que demostrarlo con papeles, caso contrario quedan como móviles en contrabando”.
El accidente ocurrió en la quincena de marzo y desde ese momento no logra que Carlos Pineda entregue copias de los documentos para que pueda presentarlos en la Aduana. “Aquí no funciona la informalidad y menos aún la coima. Se tienen que cumplir las reglas, no hay otra forma de trabajar. Los paraguayos que aquí vienen no quieren entender que Chile es un país diferente”.
Medida sana
Johana Albayay y Marcelo Garcés expresaron su apoyo a las medidas que implementa la delegación de Aduanas de Paraguay en Iquique.
Coincidieron en mencionar que “lo que están tratando de hacer, a pesar de la oposición, es lo menos que se puede esperar en cuanto a formalidad. Hay documentos, protocolos que se tienen que seguir.
Si logran imponer un sistema formal el beneficio será para todos, en especial para el Paraguay. Aquí se mira con malos ojos al país porque se cree que todos los paraguayos son informales”.
Un punto que resaltaron es que trabajar en la formalidad es más barato y predecible: “No hay que andar pagando extras a funcionarios corruptos ni estar pendientes de que cobran más o menos según humor del que está de turno”.
La oficina de Aduanas cuenta con nuevos delegados, Norma Paredes y Enís Duarte: “La cuestión es presentar las carpetas con toda la documentación en regla, registrarse en el libro de firmas y contar con gestores habilitados. Cumplir la regla permite que el trabajo sea más ágil y también que podamos exigir eficiencia.
Por suerte los delegados actuales cortaron todo pago ilegal, eso es importante”, dijeron finalmente.