Un tanque elevado, que hace seis años costó a la Essap alrededor de G. 1.800 millones, se convirtió en criadero de mosquitos y todo tipo de alimañas. Tenía por objetivo solucionar el problema de abastecimiento de agua potable a unos 3.000 usuarios de los barrios Nazareth e Hipódromo.
El contrato de G. 1.345 millones se adjudicó el 22 marzo del 2010 al Taller Industrial del Este SA (TIESA), representada por Francisco Calzadilla, y tuvo dos reajustes.
Según los datos, el primer incremento fue por valor de G. 166 millones y el segundo por la suma de G. 45 millones. Esto significa que solamente en la construcción del reservorio, que ahora se convirtió en criadero de mosquitos, la aguatera estatal gastó más de G. 1.500 millones. A este gasto al que incurrió Essap hay que adicionar la adquisición del inmueble. Es lo que revela otro contrato de G. 250 millones, rubricado el 5 de octubre del 2009 entre la Essap y Ramón Cabrera, propietario de la finca ubicada sobre la calle José Rivera y Agustín Goiburú del barrio Nazareth.
La presidencia de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) era ocupada en ese periodo por el ingeniero Emiliano Insfrán Rolón.
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Los documentos que constan en la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) señalan que la obra debía estar terminada y en funcionamiento en 120 días, pero tuvo varios meses de retraso –y según los técnicos de la misma aguatera del Estado– no se puede utilizar porque no concluyó y encima tiene graves deficiencias. Se tendría que invertir nuevamente para poder utilizar, dijeron.
Sobre la contratista TIESA debemos recordar que también dejó un contrato inconcluso de instalación de red cloacal en la Cuenca de la Universidad Católica (UC), que Essap le adjudicó en 2010 por la suma de G. 2.300 millones.