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El papa Francisco se equivoca
El cardenal Burke ha sido depuesto de la Signatura Apostólica para ocupar un cargo muy inferior, ¿después? de haber afirmado que el Papa “está perjudicando a la Iglesia”, que ha “hecho mucho daño” por no fijar “abiertamente cuál es su posición” y que parece que el Sínodo ha sido preparado para “debilitar las enseñanzas y la praxis de la Iglesia” con su bendición. Y añade: “El Papa no es libre de cambiar las enseñanzas de la Iglesia con respecto a la inmoralidad de los actos homosexuales, ni la indisolubilidad del matrimonio, ni cualquier otra doctrina de la fe”. “Si Francisco ha seleccionado a ciertos cardenales para obligar al Sínodo a hacer suyo sus puntos de vista sobre divorcio y homosexualidad –dijo– entonces, no estaría cumpliendo su deber como Jefe de la Iglesia Católica”. (Entrevista a BuzzFeedNews).
Por su parte, el cardenal Pell afirmó: “Con respecto a la Relatio post diseptationem emitida, es tendenciosa, sesgada y no representa con precisión el parecer de los padres sinodales”. He aquí un párrafo elocuente del texto emitido por la asamblea extraordinaria (18 de octubre): “Los P. Sinodales, reunidos en Roma junto al papa Francisco en la A. Ex. del Sínodo de los Obispos, nos dirigimos a todas las familias. (...) hemos reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión”.
En el Evangelio, Jesús define como adulterio el repudiar al cónyuge y contraer nuevas nupcias. Es un pecado grave contra el 6º mandamiento que ningún jerarca de la Iglesia puede excluir sin caer en herejía. Además, empuja a la recepción sacrílega de la Eucaristía. Quizá se produzca una rectificación, o tal vez un cisma, pero lo que es seguro es que habrá gran confusión y perjuicio de las conciencias.
Eva N. Ferraz
¡Una mancha más al tigre!
La máxima instancia judicial decidió remitir a la Superintendencia de Justicia (presidida por ellos mismos), el artículo “Institución o revolución” publicado en el Semanario Judicial de ABC Color el 13/10/14 y en otros medios, para iniciar una “investigación preliminar” imputando “falta al decoro” y en ese contexto pretende aplicarme sanciones en mi calidad de profesional del derecho.
Cuando recibí el llamado de un funcionario del Poder Judicial notificándome de una citación para “declarar” me vino a la mente una frase patentada por el excelentísimo Gral. Alfredo Stroessner, “A los amigos, todo; a los enemigos, palo, y a los indiferentes, la ley”.
En la comunidad internacional ya no se discute el derecho humano de libertad de pensamiento y expresión, pero al parecer para algunos escombros stronistas que ocupan altos cargos públicos en el Poder Judicial, la Constitución Nacional es apenas una expresión de deseos plasmada en un papel.
El Artículo 26 de nuestra Carta Magna indica: “De la libertad de expresión y de prensa: Se garantizan la libre expresión y la libertad de prensa, así como la difusión del pensamiento y de la opinión, sin censura alguna, sin más limitaciones que las dispuestas en esta Constitución; en consecuencia, no se dictará ninguna ley que las imposibilite o las restrinja...”
El estado policiaco no murió y pretende utilizar la fuerza represiva del aparato gubernamental para silenciar las voces críticas. Estamos ante un peligroso retroceso de los que creen que pueden volver a la dictadura con “métodos modernos”. Los ejemplos sobran: fiscales que criminalizan las protestas con imputaciones por perturbación de la paz pública, parlamentarios que solicitan salidas alternativas a un proceso judicial, ministros de Corte que instruyen sumarios por emitir opiniones. ¡Solo avanzarán si no los detenemos!
Ante la cobarde amenaza de un proceso administrativo que invita al recuerdo latente de un régimen perimido, solo me resta decir: Señores ministros de Corte, mi pensamiento, mi íntima convicción y mi libertad no se negocian. ¡Claro que tengo miedo de ustedes! Son tan poderosos que pueden privarme de ejercer mi profesión y con ello la posibilidad de llevar el sustento diario a mi hogar. Pero el miedo se supera y la esperanza se reinventa en mi corazón como una quimera de ensueño donde reina el imperio de la ley.
¡Paz y progreso para todos!
Kattya González