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Según la nota presentada, hay suficientes fundamentos económicos y técnicos para que la INC deje de usar fueloil, un costoso residuo de petróleo y reemplazarlo por el biocombustible referido.
Por ejemplo, no sería necesaria la millonaria inversión que ahora está realizando la INC para adecuar su horno de clínker (alrededor de US$ 50 millones).
Adicionalmente, según la misiva, la reducción anual del costo de la INC por compra de combustible sería de unos US$ 4,9 millones.
Asimismo, habría una millonaria disminución en la fuga de divisas, considerando que el fueloil es importado y solo favorece a un par de empresas del rubro, mientras que el biofuel es de producción local.
El presidente de INC, Jorge Méndez, dijo que para usar el biofuel deben hacer unas pruebas previas, lo que implicaría la instalación de cañerías especiales. “Ojalá se pueda tener materia prima paraguaya, pero no podemos arriesgar la producción”, afirmó.
Sin embargo, según Buttner, el pedido de la INC no tiene fundamento técnico, ya que las pruebas se deben hacer en las instalaciones actuales, considerando los estudios químicos del biocombustible, que demuestran que es apto para su uso en el horno de clínker.