Thomas cree que Tratado de Yacyretá no puede revisarse por deuda de EBY

La revisión a los 40 años del Anexo C pactado en el Tratado de Yacyretá no se cumplió ya que tiene una inmensa deuda. Es inaplicable el artículo en cuestión sostiene en su cuenta de Twitter el director argentino de la EBY, Óscar Thomas. Irónicamente, sus manifestaciones coinciden con el momento en que el canciller paraguayo anunciaba la creación de un equipo negociador.

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“A los 40 años de la firma del Tratado hay que revisar las cuestiones financieras de Yacyretá en el supuesto que tenga esa cuestión ordenada!” (sic), fue el primer tuit de Thomas a las 22:06.

“Lo pactado en el Tratado para los 40 años no se cumplió, ya que Yacyretá tiene una inmensa deuda. Es inaplicable el artículo en cuestión!! (sic), a las 22:16 su segundo tuit.

El Anexo C del Tratado, (IX - Revisión) establece que “las disposiciones del presente Anexo serán revisadas a los 40 años a partir de la entrada en rigor del Tratado, teniendo en cuenta, entre otros conceptos, el grado de amortización de las deudas contraídas por Yacyretá para la construcción del aprovechamiento y la relación entre las potencias contratadas de ambos países”.

Debe apuntarse empero que el “zar argentino de la energía” ignora olímpicamente las causas de esa deuda, causas que la convirtieron, en el mejor de los casos en un pasivo espurio.

Recordemos algunas: más de 20 años de atraso para que el primer grupo productor entre en operación. Luego, toda la deuda de la EBY que venció en ese lapso no pudo pagarse por falta de ingresos. El atraso es imputable solo a Argentina.

En enero de 1992, por presión argentina, Paraguay firmó tres notas reversales con el Gobierno argentino de turno, uno de los cuales fue rechazado por el Legislativo paraguayo, porque imponía a la EBY una tarifa política (US$ 30/MWh, ajustable solo por inflación), de subsidio, que le impidió honrar sus compromisos.

El grueso de esa energía subsidiada la aprovechó el sistema eléctrico argentino, incluso hoy, sobreexplotando la usina con una elevación ilegal del nivel del embalse.

La Contraloría General de la República de nuestro país, tras una visita a las oficinas centrales de Yacyretá en 2007, descubrió que las deudas de la EBY carecen de documentos respaldatorios.

“Yacyretá aprobó en el 2007 un plan para pagar su deuda con el visto de la ARG, el Congreso PARAG no aceptó. Ahora todos vociferan. Y??? (sic), su último tuit a las 22:23 del director argentino de la binacional.

Una vez más el Sr. Thomas manifiesta severos síntomas de amnesia. El país vociferó contra ese intento de acuerdo porque sus condiciones eran tan leoninas como la rechazada Nota Reversal de 1992.

El acreedor principal de la EBY es Argentina, cuyos gobiernos de turno, a pesar de los beneficios que arrancaron a la usina, aún reclaman una deuda espuria que ronda los US$ 18.000 millones.

El jueves, la primera reunión

En el Ministerio de Relaciones Exteriores se reunieron el jueves pasado por primera vez los representantes de las instituciones que integran la comisión interinstitucional que tendrá a su cargo renegociar el Tratado de Yacyretá. Participaron del primer encuentro representantes de la Facultad de Ingeniería (Universidad Nacional de Asunción, UNA); Derecho (UNA); del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), el Viceministerio de Minas y Energía, entre otros. El documento elaborado por la citada comisión se entregará al Gobierno que asuma el próximo 15 agosto, según el canciller José Félix Fernández. El Tratado firmaron en 1973 nuestro país y la Argentina. La central operó desde 1994 con dos turbinas, pero, según el plan, debía iniciar en 1981.

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