Ellas son Amelia Aguirre de Brítez, Cinthya Karina Brítez, Norma Brítez y su marido, Cecilio González; Wilma Brítez, Danise Amelia Brítez, Salustiana Gamarra, Daysi Ferrer y Tania Ferrer.
Cuando se inició la “guerra contra el coronavirus”, Cecilio González era sometido a una operación del corazón en Asunción. Al mismo tiempo, los esposos de algunas de las hermanas Brítez se quedaron en el Chaco sin poder regresar a Concepción y además perdieron sus fuentes de empleo.
Parecía que el “mundo se les venía abajo” porque el ingreso de dinero que tenían disminuyó enormemente. Si bien una de las integrantes de la familia vendía comidas, no era suficiente para sustentar a la familia que vive en el sector Redención del barrio Inmaculada de Concepción.
Vieron como una oportunidad los programas “Ñangareko” y “Pytyvõ”. Se inscribieron nueve personas y cuatro recibieron la ayuda económica, que usaron como capital para iniciar un negocio. Cada beneficiada colaboró para comprar los ingredientes a fin de iniciar la miniempresa de minutas, como empanada, sándwich, croquetas y otros. La publicidad la hicieron por la red de mensajería instantánea WhatsApp y la red social Facebook. “Nos ayudaron nuestros hijos que son jóvenes y tienen muchos contactos. Ellos realizaban las entregas a domicilio y con el paso de los días teníamos más clientes”, explicó Norma Brítez.
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Con el crecimiento de los pedidos también el menú de la carta se amplió e incluyeron hamburguesas y lomitos.
El 24 de junio último, fecha de la fiesta de San Juan Evangelista, desde tempranas horas de la mañana elaboraron gran cantidad de comidas típicas y realizaron una feria frente al inmueble donde están construidas tres viviendas. Claro, se agotó el stock.