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NEULAND, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Robert Friesen, gerente del área industrial de la Cooperativa Neuland, indicó que las actuales instalaciones de la zona de producción de pepino en conserva quedó pequeña por lo que se optó por la ampliación del sector. “Se decidió por un nuevo edificio con nuevas máquinas. La demanda es muy grande, crece cada año y pensamos también en los clientes mayoristas”, apuntó Friesen.
Con una procesadora más grande habrá también la posibilidad de ofrecer otras hortalizas en vinagre, como por ejemplo repollo. Además de mermeladas, todo con materia prima local y además de la mano de obra.
La producción
Actualmente, la pequeña fábrica en el centro de Neuland puede producir por semana hasta 11.000 tarros de pepinos en vinagre, de diferentes gustos.
Además estrictos controles de higiene y salubridad caracterizan el proceso de producción, acompañado de mucho trabajo manual.
En la fábrica trabajan actualmente 10 personas y en el pepinar de la fábrica, con una superficie de 4.000 m², otras 11 personas más.
Los pepinos se plantan según la demanda y la preparación se hace acorde a recetas alemanas, mejoradas y adaptadas a nivel local, informó”, Andreas Rempel, encargado de la fábrica.
La idea de producir pepinos en vinagre surgió años atrás para crear fuentes de trabajo, dar ingresos alternativos e industrializar la materia prima a nivel local, generando un valor agregado a la producción. Con la ampliación de la fábrica los socios de la cooperativa Neuland podrán aportar con sus propias verduras, ya que se cuenta con más espacio y experiencia, para coordinar toda la producción.
“Estamos confiados en que los pepinos de Neuland se han establecido en el mercado nacional, con sostenida calidad y buena clientela. Por lo cual el crecimiento es una necesidad latente”, remarco el gerente Robert Friesen.