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COLONIA SIDEPAR 7000, Yasy Cañy (Pablo Medina, corresponsal).-Un camión de la marca Mercedes Benz, color azul, con placa AOF 979, propiedad de Patrocinio Cabrera Acosta y guiado por Patricio Aliendre Zaracho, salió ayer aproximadamente a las 7:30 de la propiedad del empresario Vela Vaezquen. Tres guardias de seguridad privada de la firma Tapiti, interceptaron el cargamento e informaron a agentes de la subcomisaría cercana (colonia San Juan). Otros tres acompañantes identificados como Félix Ortigoza López, Javier Britos Cáceres y Ariel Lezcano González, fueron demorados y luego liberados ante eventual reacción de los ocupantes ilegales de la propiedad, ubicada en el límite de los departamentos de Caaguazú, San Pedro y Canindeyú.
El suboficial Lucio Giménez informó que recibió la comunicación a las 09:50, pero cuando los agentes arribaron al lugar para intervenir, el camión ya había sido liberado por los guardias privados. El agente policial no logró localizar el camión involucrado.
El propietario del inmueble se quejó de la tardía intervención de los agentes policiales. El puesto policial se encuentra a unos 15 kilómetros del sitio del procedimiento. Los fiscales Néstor Alfredo Cañete y Benjamín Maricevich sostuvieron que no fueron informados de lo acontecido en el lugar. Sin embargo, al mediodía de ayer, el fiscal Maricevich dispuso abrir una investigación para determinar la responsabilidad de los cuatro demorados y liberados después por decisión de los guardias privados José Félix Oviedo Galván, Eligio Gómez Chávez y Manuel Dejesús Ortiz Aguilar, asignados a la custodia de la propiedad.
Antecedente
El pasado 7 de junio, unas 30 personas encapuchadas irrumpieron en una vivienda dentro de la misma propiedad del empresario Vela Vaezquen.
Los malvivientes en esa oportunidad se alzaron de dos escopetas, un revólver, dos chalecos antibalas, dos aparatos celulares pertenecientes a los guardias privados.
Asimismo, quemaron heladeras, ropero, camas y otros enseres que estaban dentro del tinglado que quedó hecho cenizas. El dueño del inmueble valuó en unos G. 50 millones los daños causados por los atacantes en la ocasión.