ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). El Festival Internacional de Orquestas Juveniles se despidió así con la tercera y última presentación de tres noches seguidas, con un nutrido programa que incluyó música folclórica, clásica, rock, samba brasileña y temas de películas. No faltó el himno a Encarnación, la polca “Itapúa Poty”, del músico encarnaceno Juan Carlos Soria (+), en una interpretación dirigida por el maestro Adolfo Arrúa, en las voces de la soprano Rebeca Arramendi y el tenor Justo Pastor Rodríguez.
“El genio está en mí” fueron además las motivadoras palabras con las que el director de Sonidos de la Tierra, el maestro Luis Szarán, sintetizó el esfuerzo y la dedicación de los jóvenes, niñas y niños, de más de 60 comunidades de nuestro país y de otros países que integran un gran grupo humano inspirado en el arte y sus ganas de superación. Entre ellas tres jóvenes violinistas de la comunidad Salve Yanga, del Chaco paraguayo.
Szarán relató, sin disimular su emoción, una anécdota de niño en su Encarnación natal, cuando un vecino, comerciante de origen turco, le regaló una lámpara y le dijo que en su interior se encontraba un genio que salía si la frotaba. “Me pasé frotando la lámpara, pero el genio nunca salió. Pensando que era por mi comportamiento, paulatinamente fui cambiando mis actitudes en la escuela, con mis padres, con mis compañeros, y fui siendo cada vez mejor persona. Finalmente, descubrí que el genio con el que lograría todos mis deseos no estaba dentro de la lámpara, sino que estaba dentro de mí mismo. Eso es lo que esta escuela de vida, que es Sonidos de la Tierra, pretende enseñar, que el genio está en cada uno de nosotros, y que de nosotros depende superarnos”, finalizó.
