En Isla Puku las aguas arrasaron con todo. Las casas que quedaron en pie ya no son habitables.
Relataron los damnificados que las chacras están totalmente bajo agua. Se perdieron plantines de mandioca, batata, maíz y variedades frutales como banana, mamón y mangos.
Estefana Segovia, isleña, dijo que quedó en la incertidumbre porque “no tengo (dinero) para reparar mi rancho, y en dos meses el agua subirá de nuevo. Mi huerta ya no existe y por un año no podré cultivar allí”.
La mayoría de los pobladores coincidieron en reclamar solución definitiva al problema habitacional. Piden a las autoridades ser reubicados en la brevedad posible.
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Las familias asistidas por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) reciben kits de víveres. Esta organización desde hace unos días levantó la provisión de comidas de las ollas populares, de las que se alimentaban los damnificados debido a que la altura del río Paraná está fuera del rango de inundaciones. Según explicaron, esto permite que las familias retomen su vida normal.
El informe de la Prefectura de las 14:40 de ayer indica que el río Paraná se mantenía en 2,55 m.