El tráfico de pescados atrapados en el área “prohibida” de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) se realiza por varios caminos vecinales del departamento de Misiones y las principales rutas de nuestro país. Las cargas en su mayoría salen de la terminal pesquera, que se encuentra entre los distritos de Ayolas (Misiones) y San Cosme y Damián (Itapúa), en el límite de la zona de la reserva ictícola, declarada zona protegida según la Ley Nº 1378/92.
En el sitio, a orillas del río Paraná, existen numerosos campamentos de pescadores, cuyas embarcaciones están ancladas y en la espera de ser utilizadas principalmente en horas de la noche.
Los botes son de color oscuro y no tienen identificación ni luces con el fin de evitar ser vistos e individualizados por los efectivos de la Prefectura Naval de Ayolas, que tienen a su cargo resguardar el área con apoyo del personal de seguridad de la EBY.
Hoja de ruta
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Los ejemplares capturados por los pescadores furtivos siguen toda una hoja de ruta de tráfico, según nuestras fuentes. Los pescados son alzados en el propio puerto en camiones refrigerados para su transporte, preferentemente a ciudades del Brasil.
Los vehículos emprenden el viaje utilizando el camino que une Ayolas con San Cosme y Damián. Esta vía cruza al costado de la represa Yacyretá.
Al llegar a la comunidad sancosmeña, los camiones cargados siguen viaje hasta conectar con la ruta I “Mariscal López”, ya con destino a Asunción o la capital del Alto Paraná, Ciudad del Este. La circulación se realiza preferentemente en horas de la madrugada o en lapsos en los cuales la Policía Nacional o inspectores de la Secretaría del Ambiente (Seam) no realizan los controles, de acuerdo a los datos.
Otro trayecto alternativo utilizado por los traficantes de pescados es el antiguo camino que une Ayolas con Santiago (Misiones). Este tramo también conecta con la ruta I.
Los camiones transportan grandes cargas de pescados, muchos sin contar con las medidas establecidas en la ley 3.556/08 “De pesca y Acuicultura”.
Botes “mau”
El responsable de la Prefectura Naval de Ayolas, capitán de fragata Wilson Altuman, señaló que los grupos de pescadores furtivos se desplazan en grupo de 25 a 30 botes de colores oscuros con el objetivo de evitar ser vistos por las noches.
Indicó que la mayoría de los navíos no cuenta con los documentos requeridos para navegar por los ríos.