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ITA CORÁ, distrito de Mayor Martínez (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Este departamento de Ñeembucú, ubicado entre los ríos Paraguay y Paraná, regado además por infinidad de arroyos y esteros, es un sitio ideal para el descanso en los días de la Semana Santa.
Esta zona tiene los mejores lugares para la pesca y el entretenimiento. Uno de esos sitios es Itá Corá.
A pesar de la distancia y los precarios caminos de acceso, pescadores deportivos de Brasil, Argentina e incluso países de Europa eligen a este pueblo ubicado a orillas del río Paraná para vacacionar en compañía de la familia.
La constante presencia de visitantes hizo que esta compañía del distrito de Mayor Martínez fuera mejorando su infraestructura hotelera y hoy son varias las empresas que ofrecen el servicio.
La pesca de costa o en embarcaciones siempre tiene su “premio”, por la riqueza íctica de los ríos y arroyos de la zona.
El servicio de alquiler de lanchas, que incluye a baqueanos que dirigen a los pescadores a los lugares indicados, hace que los turistas no deban realizar el sacrificio de viajar trasladando sus propias embarcaciones.
Ya en el río, la captura de ejemplares de surubí, dorado, pacú, corvinas, bogas y otras variedades asombra a los que acuden por primera vez.
A la vuelta de un inolvidable encuentro con la naturaleza, ya la parrilla está lista para compartir ante el maravilloso panorama de un sol que se oculta en el horizonte.
Histórico aislamiento
Itá Cora, como otros maravillosos lugares del Ñeembucú, sufren un histórico e injusto aislamiento por falta de caminos de todo tiempo.
El afirmado de su vía de acceso avanza con gran lentitud.
El proyecto no contemplaría todos los puentes y alcantarillas que necesita el terraplén para dejar pasar el volumen de agua que se desborda en las periódicas riadas.