LUQUE (Cirilo Ibarra, corresponsal). Varios son los sitios de nuestro país que también “cayeron” con el hoy desaparecido general Alfredo Stroessner, en el año 1989. Uno de ellos es el famoso Zárate Isla, que “rivaliza en belleza con Yka’a”, según la composición musical “Vergel luqueño”.

Esta comunidad tuvo una época floreciente, con extraordinario repunte en infraestructura edilicia, en comunicación vial y en actividades laborales, generando un buen nivel de vida de la población.

Sin embargo, actualmente muestra una decadencia total, y ha pasado a convertirse en una zona acechada por la delincuencia, el cuatrerismo, a los que se agrega la indiferencia de las autoridades, sean municipales como policiales.

Zárate Isla alcanzó su máximo nivel en la década del ‘80, cuando varios privilegiados del régimen de “paz y progreso” se instalaron en esta zona, ubicada al costado norte del predio del aeropuerto, en el límite con Mariano Roque Alonso.

Se recuerda especialmente al tristemente célebre “Manito” Duarte, quien instaló una olería y cerámica; a David Carvallo, quien construyó una imponente y suntuosa residencia, al igual que el mismo general Alfredo Stroessner, al edificar una quinta cercana al club 25 de Noviembre, ya en el límite con Loma Merlo, con todas las comodidades.

Todas aquellas grandes inversiones hoy están en las ruinas. Algunas antaño hermosas quintas, hoy están abandonadas y en venta. Los caminos fueron dotados de una serie de infraestructuras, enripiados y puentes, habilitación de lugares asistenciales, pero todos se encuentran destrozados, abandonados. Por “orden superior”, se cortaron propiedades de vecinos para abrir calles, pero hasta hoy no son expropiadas.

AL BANCO CENTRAL

La extraordinaria mansión construida en el año 1980 por David Carvallo muestra aspecto de olvido total desde el año 2000. Apenas pasó un lustro de la caída de Stroessner, cuando esa monumental residencia fue embargada por el Banco Nacional de Trabajadores, en 1995, y traspasada luego al Banco Central del Paraguay. El local, situado en un predio de 12 hectáreas, tiene actualmente un cuidador y guardia de seguridad.

Ninguno de estos quiso identificarse, señalando que solo el Banco Central tiene que aparecer cuando se habla de este sitio. “Es el propietario”, acotó el encargado.

Mientras tanto, en similares condiciones se encuentra la quinta de la familia Stroessner, abandonada en la zona de la escuela Juan Javaloyes y el club 25 de Noviembre. Según los vecinos, tiene un cuidador, pero nadie se encontraba en el predio cuando visitamos el lugar, convertido hoy en una gran selva, sin energía eléctrica (al menos, no tiene medidor de la ANDE).