Masacre de niños por parte de narcos

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HERMOSILLO, México (EFE). Balas, gritos y llantos. Así recuerdan la tragedia los menores que sobrevivieron al ataque por parte de un grupo armado a familias mormonas en el norte de México, una masacre que dejó un saldo de seis niños muertos y tres mujeres adultas.

La mañana del lunes, tres camionetas repletas de mujeres y niños de la familia LeBarón se trasladaban de un rancho del poblado de la Mora (Sonora) hasta Galeana (Chihuahua), donde está la colonia LeBarón, cuando en la frontera entre ambos estados fueron emboscados por sicarios armados.

Con fusiles de alto calibre, acribillaron a balazos las camionetas a pesar de los gritos de terror de las madres, que no lograron proteger a sus hijos.

Los muertos, miembros de una próspera comunidad mormona en el país iban a una celebración, y estaban desarmados.

Alex LeBarón, miembro de la comunidad mormón, consideró que el ataque contra las tres camionetas donde viajaban las tres madres y 14 niños menores de 11 años, incluyendo a una bebé con meses de nacida, pudo ser una “confusión” de los sicarios, que supusieron que era una caravana de un grupo rival.

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“A un vehículo se le pincha la llanta, en el que viajaba Rhonita con sus 4 niños. Se regresa al poblado de La Mora para cambiar de camioneta, después, el auto fue encontrado baleado e incinerado con los niños y su madre dentro”, describió Alex LeBarón.

Aproximadamente a 18 kilómetros de distancia, se encontró otro vehículo. Y en el interior sin vida una persona adulta del sexo femenino y dos personas menores de edad.

Finalmente, a dos kilómetros de la línea divisoria entre ambos estados, se localizó un nuevo vehículo, a quince metros el cuerpo sin vida de una mujer.

En total, las autoridades mexicanas precisaron que el saldo del ataque fue de tres mujeres y seis menores de edad asesinados. Además de seis menores lesionados, una menor ilesa y otra niña desaparecida, que fue hallada horas después.

Cuando las ráfagas cesaron, los niños sobrevivientes mal heridos escaparon hacia el monte, la mayoría salió al camino cuando cayó el Sol y escucharon que sus familiares los estaban buscando.

La última en ser encontrada fue Mackenzie, una niña que caminó 14 kilómetros con una herida de bala, duró más de 12 horas escondida en la sierra, pero logró sobrevivir.

En la escena del crimen los peritos levantaron más de 200 casquillos calibre.