Caracterizada por aparatosas erupciones de la piel, esta enfermedad vírica que ya causaba estragos en el Antiguo Egipto, como se ha podido observar en algunas momias, se declaró extinta el 9 de diciembre de 1979, tras una reunión del comité formado por la OMS en 1967 para erradicarla mediante vacunaciones en todo el mundo.
El último contagio se debió a un accidente de laboratorio en el Reino Unido, donde la fotógrafa médica Janet Parker contrajo el virus a partir de una muestra que se estaba investigando en Birmingham y murió el 11 de septiembre de 1978.
Aunque hoy se considera este virus técnicamente borrado de la faz de la Tierra, lo cierto es que hay dos laboratorios que conservan muestras con fines científicos (EE.UU. y Rusia) bajo estrictas medidas de seguridad e inspecciones de la OMS.