Conflicto en Libia podría expandirse

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El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recibió al líder rebelde Jalifa Haftar, en Roma. (EFE)
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recibió al líder rebelde Jalifa Haftar, en Roma. (EFE)gentileza

TRÍPOLI (AFP). El riesgo de que el conflicto que vive Libia se expanda está provocando complicadas acrobacias diplomáticas desde el inicio de la ofensiva de Jalifa Haftar en dirección a Trípoli, sede del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), lo que hizo que Turquía y Rusia pidieran una tregua a partir del domingo.

El vaivén de diplomáticos se aceleró desde que Turquía anunciara el envío de tropas para apoyar al GNA, reconocido por la ONU, lo que despertó el temor de que Libia se convierta en una “nueva Siria”.

El miércoles pasado, Ankara y Moscú, que en los últimos meses se erigieron como actores clave en Libia, pidieron un alto el fuego para el 12 de enero a partir de la medianoche, pese a los intereses encontrados que ambos tienen en Libia.

Ankara afirma que 2.500 mercenarios rusos estarían combatiendo en las filas del mariscal Haftar, pero Moscú lo niega. El hombre fuerte del este libio también recibe apoyo de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto, rivales regionales de Turquía.

El jefe del GNA, Fayez al Sarraj, se “congratuló” en un comunicado por el llamado al alto el fuego, aunque tampoco dio una respuesta clara.

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En el otro bando, el portavoz de Haftar, Ahmad al Mesmari, se limitó a indicar que el mariscal no iba a hacer “ningún comentario” por el momento.

Por su parte, el emisario de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, aplaudió la iniciativa de Rusia y Turquía y exhortó a todas las partes a “cesar inmediatamente todas las operaciones militares en Libia”.

Según analistas, Roma –también interesada en influir en el dosier– no vería con buenos ojos el creciente papel en Libia de otros países, como Turquía o Rusia.

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recibió al mariscal Haftar en Roma y lo instó a cesar su ofensiva.

País en caos

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde una guerra civil que en 2011 terminó con la victoria de los diferentes grupos rebeldes contra la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde 2014 tiene dos focos de poder enfrentados, el gobierno sostenido por la ONU en Trípoli –que apenas controla la capital y algunas zonas occidentales– y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk tutelado por el controvertido mariscal, que domina cerca del 70 por ciento del territorio.

De lograr su objetivo, Haftar, un exmiembro de la cúpula militar que en 1969 aupó al poder a Al Gadafi, se haría prácticamente con el control del país.