BRASILIA (EFE). “Hay dos posibilidades: O recibe asilo en Brasil o puede ir para otro país”, declaró García en una entrevista con el diario Folha de São Paulo sobre la situación del senador boliviano, que abandonó su país tras más de un año acogido en la Embajada brasileña en La Paz, con ayuda de diplomáticos de esa legación.
García explicó que Pinto, al llegar a Brasil, obtuvo un estatus “provisional” de refugiado y que ahora está a la espera de que le sea confirmado o negado por la Comisión Nacional de Refugiados (Conare), un organismo que depende del Ministerio de Justicia.
No obstante, aclaró que, en caso de que la Conare le niegue el refugio definitivo, eso no significa que regresará a Bolivia.
“Devolverlo para Bolivia no. Nosotros no lo devolveremos”, dijo el asesor de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien apuntó que la alternativa en ese caso sería que el opositor boliviano opte por marcharse a otro país.
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Pinto, quien denuncia ser perseguido por el Gobierno boliviano, estuvo más de un año acogido en la Embajada de Brasil en La Paz y logró abandonar su país el pasado 23 de agosto con ayuda de un diplomático brasileño, pero sin el salvoconducto, que el el Gobierno boliviano se lo negó siempre.
La salida de Pinto, que Bolivia consideró una “fuga”, generó un conflicto diplomático entre ambos países, superado cuando el presidente boliviano, Evo Morales, se reunió con Rousseff durante la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), celebrada el pasado 30 de agosto.
La complicidad diplomática en esa “fuga” también llevó a la renuncia del entonces canciller brasileño, Antonio Patriota, quien fue sustituido el pasado 28 de agosto por Luiz Alberto Figueiredo.
El mes pasado tres ministros del Gobierno boliviano hicieron una visita a Brasilia y entregaron, tanto al Ministerio de Justicia como a la Conare, voluminosos documentos sobre los procesos que la justicia boliviana tiene contra el senador, por denuncias de autoridades oficialistas.
Esta semana, Pinto visitó a un grupo de parlamentarios brasileños en la sede del Senado, a quienes pidió “apoyo” y “solidaridad” ante su situación.
