Duro trabajo de militares paraguayos en reconstrucción de Puerto Príncipe

Agregó que “Paraguay envío un equipo de ingenieros militares que está cumpliendo su tarea en forma eficiente. No podemos dejar de agradecer esta cooperación, que es muy importante para el logro de objetivos en Haití”.

El contingente militar de Paraguay está integrado por una compañía multirrol, con especialización en tareas de ingeniería.

Naciones Unidas paga a nuestro país por la presencia militar en Haití, lo que permite invertir en la compra de equipos viales así como en el salario del personal que presta servicios en las misiones de paz, sumando a esto la posibilidad de especialización en operativos humanitarios en zonas de crisis.

Brasil lidera las operaciones de paz en Haití, y otros países también aportan tropas para cumplir esta misión.

Haití es un país complicado en extremo: desde el año 1994 se vienen sucediendo misiones de paz de las Naciones Unidas. En aquella oportunidad estuvo al borde de una guerra civil. En 1999 sucedió otro tanto. Y, para colmo, en el 2010 el terrible terremoto que azotó Puerto Príncipe retrasó todo proceso de salida de las tropas internacionales.

Fernández Amunáteguy, en una reunión con periodistas de diversos medios de Latinoamérica, reconoció que la misión en Haití enfrenta problemas de financiación y que la intención es retirar en un tiempo prudente a las tropas de las ONU. “El tema es que Haití tiene que ayudarnos a lograr este objetivo; el paso fundamental es que el país pueda tener fundamentos mínimos para alcanzar este objetivo”, expresó el funcionario, de origen chileno.

Contingente paraguayo

El Cnel. Mario Villalba Allende tiene a su cargo el contingente paraguayo en Haití. Las tropas de nuestro país cumple tres semanas aquí luego del relevo del segundo grupo; queda por delante un año antes de volver a Asunción.

En la jerga de Naciones Unidas, el campamento paraguayo se denomina “Parengcoy”, siglas en inglés que resume Compañía Paraguaya de Ingeniería Multirrol. Se encuentra ubicado en Campo Charlie, en las inmediaciones del aeropuerto internacional. El grupo está compuesto por 130 efectivos de diversas unidades. A lo largo del 2012 se entrenaron para la tarea que actualmente llevan adelante.

Por lo general, las actividades se inician a las 6 de la mañana y no tienen hora de finalización. Dada la especialización en ingeniería, el apoyo de las tropas paraguayas tiene una alta demanda. En este momento, un equipo de reconocimiento se prepara para viajar a Cabo Haitiano, 250 kilómetros al norte de Puerto Príncipe.

Allí deberán trabajar en la preparación de defensas contra el mar que fueron destruidas en el tsunami que afecto a la zona, luego del terremoto de 2010. A esto se suma la ampliación de un camino de montaña, 59 kilómetros fuera de la capital de Haití, a 1.700 metros de altura.

Un sitio en el cuál trabajan muy de cerca es la escuela República del Paraguay, no solo en reparaciones, sino también en la entrega de aportes para los niños, sobre todo educativos.

Tercer aniversario

En Haití no hay tiempo libre y las ocasiones de recreo se limita a alguno que otro domingo en playas cercanas, si no hay misiones o guardias que cumplir. De hecho, vinieron para trabajar y están cumpliendo con creces esta responsabilidad.

La participación en misiones de Naciones Unidas permite al país contar con un ingreso económico por la prestación de servicios y se convierte en una oportunidad para la especialización técnica de nuestros efectivos, sin olvidar la preparación del personal militar para intervenir en situaciones de crisis.

Hoy se recuerda con dolor el tercer aniversario de un terremoto que costó la vida de más de 300.000 personas, dejó 350.000 heridos y destruyó las viviendas de 1,5 millones de personas. A tres años de una de las mayores tragedias humanitarias de la historia, se notan pequeños cambios en Haití; para algunos, pueden ser pasos importantes; para otros, simplemente el empuje obligado de la presencia internacional en el país más pobre del hemisferio occidental.

Aquí ondea la bandera paraguaya de la mano de un grupo de militares.